
La recomendación para que los convenios recogieran una cláusula de este tipo existió en los pactos salariales hasta 2012. No es que desapareciera, pero su redacción hacía muy difícil que se activara. Así, por una vía indirecta, se cumplió un anhelo antiguo de la patronal y de organismos internacionales.
Si algo quedó claro el martes en la reunión de los líderes de UGT (Cándido Méndez), CC OO (Ignacio Fernández Toxo), la CEOE (Juan Rosell) y Cepyme (Antonio Garamendi), es que el principal escollo está en 2016. Fuentes empresariales apuntan que tampoco se llegó a un acuerdo sobre 2015, aunque parece que habrá un punto de encuentro en torno a una subida del 1%.
Los problemas con 2016 están en si se fijará un porcentaje según la evolución del PIB, como pide la CEOE o si, como quieren los sindicatos, se acordarán criterios que determinen el aumento (previsión de la evolución de precios —medida con el deflactor de consumo privado— y la productividad). Además, las formaciones sindicales reclaman la cláusula de garantía, pues creen que las previsiones de precios para 2016 son más inciertas.
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