La crisis ha empujado a la baja la duración de los contratos temporales en la industria. Y la incipiente recuperación no ha supuesto un alivio.
En 2008, la vida media de un contrato en este sector ascendía a 188 días, más de seis meses; en 2015, no llega a dos. El sector industrial sigue teniendo un empleo de mayor calidad que el resto. No obstante, hay parámetros que muestran que se ha deteriorado. La tasa de temporalidad se sitúa ahora en el 20,1%. Y también ha crecido la rotación por cada puesto de trabajo: ha subido el número de contratos, ha caído su duración y hay menos empleo.
Los expertos consideran que la industria es el corazón del mercado laboral. Los puestos de trabajo son más estables; el uso —y en muchísimas ocasiones abuso— de los contratos temporales es menor; es el sector que tiene menos subempleo, con un 7% del total, cinco puntos por debajo de la media; y los sueldos son mayores: 1.897 euros al mes le convierten, de nuevo, en la rama que mejor paga. Pero las consecuencias de la profunda crisis laboral también se notan aquí. La estabilidad en el empleo ha caído mucho en este sector y la mejora laboral de los últimos tiempos solo ha logrado frenar ese deterioro.
En el primer año de la crisis, 2008, la duración media de los contratos temporales era de 188 días, más de medio año. Fue, al mismo tiempo, el máximo que figura en los datos de los Servicios Públicos de Empleo Estatal, dependiente del Ministerio de Empleo. En 2015 ha caído a 58, no llega ni a dos meses. Con la recuperación laboral, el desplome se ha frenado. Sin embargo, la tendencia a la baja se mantiene.
La caída en la duración de los contratos es mucho mayor en la industria que en otros sectores. El recorte ha llegado a todos, pero esta rama es la que más ha perdido (también era la que más tenía que perder). Estos datos están en consonancia con la evolución de la tasa de temporalidad, que se sitúa en el 20,1% y ya se acerca a los niveles de hace siete años (20,7%), algo que no sucede en el conjunto del mercado, dada la destrucción masiva de empleo temporal que hubo.
La tendencia a la baja de la duración es inversa al número de contratos temporales firmados cada ejercicio: si en el año 2008 se suscribieron cerca de 850.000 compromisos temporales, el pasado ejercicio fueron un total de 1.730.000. Esto, teniendo también en cuenta que se ha destruido empleo, certifica un gran aumento de la rotación de contratos para desempeñar un solo empleo.
“No se han consolidado las expectativas de crecimiento”, analiza el secretario general de la federación industrial de CC OO, Agustín Martín, quien también lamenta “que lo poco que ha crecido el empleo en el sector ha sido temporal y precario”. Martín, no obstante, recuerda que la industria es muy heterogénea y que las cifras entre sus diferentes segmentos cambian.
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