Los sindicatos UGT y CC OO y las patronales CEOE y Cepyme cerraron este lunes el porcentaje que deben subir los sueldos en 2015, el 1%, según fuentes de ambas partes. También llegaron a un pacto para 2016: el 1,5%. Este “principio de acuerdo”, como lo definía una fuente sindical, deberá ser redactado hoy por los técnicos. Para sortear el escollo de las cláusulas de garantía salarial, que los sindicatos exigían y la patronal rechazaba, se ha pensado en un mecanismo bienal en el que la previsible ganancia de poder adquisitivo de este año se acumule para 2016.
Tras casi medio año de negociaciones, el pacto salarial entró este lunes en su recta final. Los líderes de los sindicatos mayoritarios, UGT (Cándido Méndez) y CC OO (Ignacio Fernández Toxo), y los de las patronales CEOE (Juan Rosell) y Cepyme (Antonio Garamendi), acordaron que los convenios recojan este año una subida salarial del 1% y el que viene del 1,5%, según fuentes de ambas partes. Este principio de acuerdo será redactado esta tarde por los negociadores técnicos de ambas partes, que, según apuntan fuentes patronales, incluirá la fórmula de “hasta el 1%” para este año y el 1,5% para el que viene.
Las cifras del pacto apuntan que este año, con las previsiones de evolución de los precios, los salarios ganarán poder adquisitivo, tal y como demandaban los sindicatos. Se llega así a un punto de inflexión. Si en los dos últimos pactos —el de 2010 y el de 2012— se optó por la fórmula de la congelación salarial, por la vía de los hechos. Ahora se puede decir que los salarios comenzarán a ganar terreno. Aunque tampoco será un gran avance, por lo que no puede decirse que se abandona plenamente la senda de la moderación salarial. Un incremento del 1% se sitúa por encima del 0,7% de inflación previsto por el Instituto Flores de Lemus y del 0,6% de Funcas, dos de las principales casas de análisis económicos en España.
Pese a ser una mera recomendación, el pacto salarial de sindicatos y patronales resulta muy significativo. De hecho, los sectores en los que se firman los grandes convenios en España, como la banca, las antiguas cajas de ahorros o la industria química, estaban a la espera de que se cerrara este pacto. Solo la construcción había alcanzado el suyo sin esperar al acuerdo marco.
Uno de los escollos de la negociación durante los últimos meses ha sido la inclusión o no de una cláusula de garantía que asegurara el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios. Los sindicatos la exigían; los empresarios, después de que fuera excluida de facto en el anterior pacto, el de 2012, la rechazaban. Al final se abre paso una fórmula innovadora: el previsible avance de poder adquisitivo de este año se tendrá en cuenta en 2016. Es decir, si este año los sueldos ganan tres o cuatro décimas de poder adquisitivo se restarían el año que viene si los precios avanzan más que ese 1,5%. Solo a partir de ese umbral, se activaría la cláusula.
En este punto hay cierta discrepancia entre las fuentes consultadas. Mientras las sindicales apuntan que esto también está completamente cerrado; las patronales, que admiten el mecanismo descrito, señalan que podrían buscarse fórmulas para dar cabida a excepciones.
Además de los incrementos salariales y las cláusulas de revisión, habría otro punto importante en el pacto salarial: las fórmulas para garantizar la vigencia de los convenios más allá del año de prórroga que ha dado la reforma laboral. Tras la sentencia del Tribunal Supremo de diciembre que garantizaba que las condiciones laborales pactadas en los convenios seguían vigentes porque formaban parte de los contratos, ambas partes habían abordado el tema. Al final, parece que la solución pactada será recomendar a los negociadores de los convenios que incluyan cláusulas de arbitrajes obligatorios. El pacto también contendrá cláusulas de mantenimiento de empleo y de empleo de calidad.
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