Una plantilla de 3.000 robots trabaja a destajo en el nuevo
centro logístico que Amazon abrió el pasado octubre en el Prat de Llobregat
(Barcelona). Y pronto serán 6.000. Es la instalación más automatizada del
gigante del ecommerce en España, junto a la que la compañía tiene en
Castellbisbal, también en la ciudad Condal, aunque en esta última el número de
robots es muy inferior, 350.
Una cifra, no obstante, que tiene mucho que ver
con el tamaño del centro, pues mientras este último suma 17.000 metros cuadrados
de campo donde operan los robots, el del Prat tiene más de 130.000,
distribuidos en tres plantas. El número de autómatas también tiene que ver con
el de las estanterías móviles que tienen que manipular y donde se almacenan los
productos: 2.000 en Castellbisbal frente a las 50.000 del Prat.
La exhibición tecnológica que ha hecho este miércoles la
multinacional en Barcelona para anunciar que abre este centro a la visitas de
sus clientes (igual que hizo con el de Madrid), choca, sin embargo, con la
grave crisis laboral que vive la compañía en la capital española. En su centro
de San Fernando de Henares, el primero que abrió en España y el segundo mayor
de la firma en el país, sus trabajadores amenazan con movilizaciones e incluso
con ir a la huelga este mes tras no alcanzar un acuerdo para la renovación de
su convenio actual (uno propio con mejores condiciones que el sectorial).
De llevarse finalmente a cabo (el comité de empresa apunta a
los días previos al Día del Padre para hacer los paros, una fecha relevante
para las ventas de cualquier retail), Amazon podría enfrentarse a problemas con
sus envíos.
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