La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) destaca un descenso del volumen de intercambios comerciales y de
la volatilidad en los productos básicos agrícolas, que están pasando
por un período de precios más bajos y menos volátiles, según el
documento Perspectivas Alimentarias.
Tras diversas subidas bruscas de precios entre 2007 y principios de
2011, la mayoría de los precios de cereales y de aceites vegetales
siguen una tendencia de constante descenso, indica el documento en una
edición especial.
Entre las razones se encuentran los altos niveles de inventarios, los precios del petróleo mucho más bajos y la renovada fortaleza del dólar EEUU, factores ninguno de los cuales parece probable que reviertan a corto plazo, aunque no pueden excluirse vaivenes inesperados, como el impacto de la meteorología adversa sobre las cosechas.
El Índice de Precios de los Alimentos de la FAO, un índice ponderado en base a los intercambios comerciales que hace el seguimiento de los cinco principales grupos de productos de alimentos básicos en los mercados internacionales, cayó a su mínimo de seis años en agosto.
Entre las razones se encuentran los altos niveles de inventarios, los precios del petróleo mucho más bajos y la renovada fortaleza del dólar EEUU, factores ninguno de los cuales parece probable que reviertan a corto plazo, aunque no pueden excluirse vaivenes inesperados, como el impacto de la meteorología adversa sobre las cosechas.
El Índice de Precios de los Alimentos de la FAO, un índice ponderado en base a los intercambios comerciales que hace el seguimiento de los cinco principales grupos de productos de alimentos básicos en los mercados internacionales, cayó a su mínimo de seis años en agosto.
La trayectoria de los precios de los últimos años,
y la que puede preverse en el futuro, no son iguales para todos los
grupos de alimentos. Los precios del arroz tienden a moverse de forma
independiente de otros cereales, mientras que los del azúcar siempre han
sido volátiles, habiendo perdido y ganado más de la mitad de su valor
en más de 12 ocasiones desde 1990.
Los productos cárnicos y lácteos se ajustan a la tendencia general,
pero, al tratarse de bienes más perecederos, a menudo lo hacen con un
desfase de tiempo.
Los cereales básicos son la base de la tendencia a la baja de los precios, como resultado de varios años de abundantes cosechas en todo el mundo, así como el almacenamiento, que ha hecho llegar las reservas a niveles récord.
Los cereales básicos son la base de la tendencia a la baja de los precios, como resultado de varios años de abundantes cosechas en todo el mundo, así como el almacenamiento, que ha hecho llegar las reservas a niveles récord.
Estas reservas preventivas están siendo liberadas lentamente, y es
probable que las existencias mundiales de cereales cierren la temporada
2016 en 638 millones de toneladas, cuatro millones de toneladas menos
respecto a sus niveles de apertura, según las previsiones en la última
Nota informativa de la FAO sobre la oferta y la demanda de cereales.
Mientras tanto, la proyección de la producción mundial de cereales para este año bajó a 2 534 millones de toneladas, seis millones de toneladas menos que el pronóstico del mes pasado y un 0,9 por ciento por debajo del nivel récord de 2014, debido sobre todo a la menor producción de maíz en Estados Unidos, donde los precios han caído a la mitad desde julio de 2012.
Los precios más bajos de los alimentos "parecen ser una bendición para la seguridad alimentaria" y lo son en efecto para las familias que destinan gran parte de sus ingresos a la compra de alimentos, señalan los autores.
De hecho, se espera que la factura mundial de importaciones de alimentos caiga en 2015, situándose a 1,09 billones de dólares EEUU, su nivel mínimo de cinco años, con un descenso de casi un 20 por ciento desde el máximo histórico de 1,35 billones de dólares en 2014. Esa caída, a la que contribuyeron sustancialmente los cereales, productos lácteos, carne y azúcar, fue también alentada por un descenso en los costes de los fletes.
Sin embargo, los autores del informe advierten que a la hora de calcular las ventajas hay también que tener en cuenta que los precios más bajos reducen los ingresos de los agricultores.
Unos márgenes más reducidos para los campesinos rurales tienden a reducir las inversiones en las explotaciones, cuyas deficiencias fueron culpadas en el pasado en gran medida de los bruscos aumentos de precios de la última década.
Mientras tanto, la proyección de la producción mundial de cereales para este año bajó a 2 534 millones de toneladas, seis millones de toneladas menos que el pronóstico del mes pasado y un 0,9 por ciento por debajo del nivel récord de 2014, debido sobre todo a la menor producción de maíz en Estados Unidos, donde los precios han caído a la mitad desde julio de 2012.
Los precios más bajos de los alimentos "parecen ser una bendición para la seguridad alimentaria" y lo son en efecto para las familias que destinan gran parte de sus ingresos a la compra de alimentos, señalan los autores.
De hecho, se espera que la factura mundial de importaciones de alimentos caiga en 2015, situándose a 1,09 billones de dólares EEUU, su nivel mínimo de cinco años, con un descenso de casi un 20 por ciento desde el máximo histórico de 1,35 billones de dólares en 2014. Esa caída, a la que contribuyeron sustancialmente los cereales, productos lácteos, carne y azúcar, fue también alentada por un descenso en los costes de los fletes.
Sin embargo, los autores del informe advierten que a la hora de calcular las ventajas hay también que tener en cuenta que los precios más bajos reducen los ingresos de los agricultores.
Unos márgenes más reducidos para los campesinos rurales tienden a reducir las inversiones en las explotaciones, cuyas deficiencias fueron culpadas en el pasado en gran medida de los bruscos aumentos de precios de la última década.
Los bajos rendimientos pueden además requerir más incentivos para
aumentar las inversiones en agricultura y servicios económicos rurales,
que van desde el crédito a las carreteras y las instalaciones de
almacenamiento.
Flujos comerciales en declive
Mientras que la producción mundial es sólida y los inventarios siguen siendo altos, el volumen de cereales comercializados a nivel internacional está disminuyendo, y las previsiones lo sitúan en torno a los 364 millones de toneladas para la temporada 2015/16 (julio/junio), un 2,9% menos respecto al periodo anterior.
La tendencia a la baja se ve impulsada por el trigo, debido principalmente a las menores importaciones de Asia -especialmente la República Islámica de Irán- y el Norte de África, y por los cereales secundarios, con una menor demanda en Asia, a pesar de que se espera que tanto África como Europa aumenten sus importaciones.
Flujos comerciales en declive
Mientras que la producción mundial es sólida y los inventarios siguen siendo altos, el volumen de cereales comercializados a nivel internacional está disminuyendo, y las previsiones lo sitúan en torno a los 364 millones de toneladas para la temporada 2015/16 (julio/junio), un 2,9% menos respecto al periodo anterior.
La tendencia a la baja se ve impulsada por el trigo, debido principalmente a las menores importaciones de Asia -especialmente la República Islámica de Irán- y el Norte de África, y por los cereales secundarios, con una menor demanda en Asia, a pesar de que se espera que tanto África como Europa aumenten sus importaciones.
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