El presidente avanza que "en las próximas semanas"
el Gobierno lanzará un ambicioso "plan de reformas" que se iniciará
con un vuelco a la legislación del mercado laboral y afectará también a los
sectores financiero y energético.
"El momento de las reformas es ahora". Pedro
Sánchez anunció ayer que "en las próximas semanas" el Gobierno que
preside presentará un ambicioso plan económico que se iniciará con un vuelco a
la legislación del mercado laboral. De las medidas que reveló el jefe del
Ejecutivo descollaron "una simplificación drástica del número de
contratos, dejándolo en tres (indefinido, temporal y de formación)" y la
reducción "sustancial" del número de bonificaciones y deducciones a
la contratación, "dejando sólo aquellas que afectan a los colectivos más
vulnerables y necesitados".
"En nuestro país son necesarias transformaciones en
cinco grandes ámbitos: la educación, el mercado de trabajo, el debate sobre
cómo financiar el Estado del Bienestar, la transición ecológica y una reforma
Constitucional que amplíe derechos y cohesione el país", aseguró el
presidente, añadiendo que ésos serán los cinco vectores de su nuevo plan, que
forma parte de la Agenda del Cambio, un programa de Gobierno destinado a
cambiar el modelo económico de España mediante una mayor intervención del poder
ejecutivo en "la defensa de la calidad institucional, el fomento de la
competencia, la provisión de bienes y servicios y la justicia económica".
El presidente del PP, Pablo Casado, completó el cuadro de
honor de la representación política. A él fue dirigido, veladamente, otro de
los mensajes centrales del discurso del presidente. "Nuestra ambición
reformista es total, y los Presupuestos son una herramienta importante para
llevarla a cabo", pero no "la única". Es decir, en caso de que
no se aprueben las Cuentas, el Gobierno seguirá "adelante" con las
mismas reformas, "a través de modificaciones presupuestarias".
Llegado ese caso, "serán otros los que tendrán que dar las
explicaciones", opinó el jefe del Ejecutivo, en referencia a los partidos
de la oposición.
Sánchez desgranó, entonces, las principales medidas de su
nuevo "plan de reformas". El ámbito en el que más se centró fue el laboral:
"Entre otras, vamos a recuperar el valor de la negociación colectiva,
reforzar la causalidad de la contratación temporal y recuperar las jubilaciones
forzosas por edad".
Además de la reducción del número de contratos a tres y de
la eliminación de casi todas las bonificaciones que reciben los empresarios por
contratar, la Agenda del Cambio de Sánchez incluye "un plan de
choque" por el empleo joven, que se aprobará antes de que acabe el año y
pondrá el énfasis en la mejora de las competencias digitales y en lengua
extranjera. Ese plan incluirá medidas para incentivar que los jóvenes en el
exterior vuelvan a España.
Más allá de su nuevo plan, Sánchez quiso conjurar los
temores sobre la desaceleración. "Creo que todos compartimos la solidez de
nuestras perspectivas", pero "los ciclos económicos no mueren de
viejos, y si así fuera, este ciclo aún es joven", aseveró, antes de opinar
que es necesario un "crecimiento inclusivo", porque "en el
ascensor social del neoliberalismo nunca hubo sitio para todos".
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