Los jóvenes menores de 35 años siguen siendo los grandes
perjudicados de la última gran crisis económica. Su renta media aún se sitúa un
23% por debajo de la de antes de la Gran Recesión. En concreto, a finales del
2017 se situaba en 27.300 euros, cuando a finales del 2011 era de 35.600 euros,
según recoge la Encuesta Financiera de las Familias del 2017 publicada ayer por
el Banco de España.
Con una muestra realizada sobre 6.413 hogares, la renta
media de las familias se ha elevado un 11% desde la anterior encuesta elaborada
a finales del 2014, puesto que ha pasado de 31.300 euros ese año a los 34.900
euros de finales del 2017. Con estos datos se deduce que una familia joven
cuenta con 7.600 euros menos al año que la media de los hogares en España.
El segmento de 35 a 44 años ha pasado de disponer de 34.700
euros de media en el 2011 a 36.800 euros a finales del 2017. Mientras, aquellos
que tienen entre 45 y 54 años han pasado de contar con 41.700 euros a 38.600
euros, es decir, un 7,4% menos de media. Aquellos ciudadanos que tienen entre
55 y 64 años también han sufrido un descenso considerable, al pasar de 47.000
euros a 41.000 en seis años, lo que supone un 12,7% menos. Sólo las personas
mayores han mejorado su posición económica estos últimos años. En concreto,
aquellos cuya edad oscila entre 65 y 74 años, que han visto como su renta media
pasaba de 29.900 euros a finales del 2011 a 34.200 euros a finales de hace dos
años, un 14,38% más. Y en los mayores de 74 años ha crecido también un 18,27%
al saltar de 19.700 euros a 23.300, un 18,27% más.
El Banco de España insta a que se mejore el mercado de
alquiler por el auge de la demanda
La encuesta trienal refleja que la riqueza media de los
hogares españoles pasó de los 250.800 euros en el año 2014 a 253.000 euros en
2017, con lo que el aumento durante los años del inicio de la recuperación fue
del 0,9%.
Si se analiza este concepto de patrimonio la situación es
mucho más grave para los jóvenes, ya que ha caído de media casi a la mitad, al
pasar de los 83.500 euros en el 2014 a 47.300 euros a finales del 2017.
Esta encuesta del Banco de España se realiza cada tres años
y ofrece medias y medianas. Este último concepto distorsiona algo menos la
realidad, ya que limpia de las medias aquellos casos extremos que alteran los
resultados.
De ahí que la estadística recoja que la riqueza neta mediana
en las familias de menos de 35 años se quedó en 5.300 euros en el 2017, frente
a los 71.600 euros de quienes estaban en ese grupo en el 2011. Es decir, se
puede concluir que entre las familias jóvenes hay muchas diferencias según el
nivel de estudios, la situación laboral o el número de miembros que componen la
unidad familiar.
Fuentes del Banco de España subrayaron que a pesar de que
los jóvenes van recuperando de forma lenta los niveles de hace 10 años de renta
y riqueza, todavía los niveles son claramente inferiores a los del periodo
precrisis. También explicaron que en España prima el régimen de vivienda en
propiedad, pero esa tendencia disminuye al analizar a la población más joven.
Por ello, han incidido en la necesidad de mejorar el
funcionamiento del mercado de alquiler, ante la mayor demanda entre los
jóvenes. Las mismas fuentes apuntaron que en el mercado de trabajo es
“absolutamente necesario” poner mayor énfasis en aspectos relativos a la
equidad intergeneracional.
El peso de la vivienda principal en la riqueza cae del 57,3%
en el 2014 al 54,2% en el 2017
En el 2017, el 97,6% de las familias poseía algún activo
real o financiero, un 0,8% menos que en el 2014, con un valor mediano de dichos
activos de 155.400 euros, un 4,4% menos. Los activos reales, referidos a la
vivienda principal, otras propiedades inmobiliarias, negocios por cuenta
propia, joyas u obras de arte representaban el 80% del valor de los activos
totales, siendo la vivienda el activo más importante (54,2%), aunque perdió
peso en favor de otras propiedades inmobiliarias (35,3%) y los negocios
relacionados con actividades por cuenta propia (9,3%).
De hecho, el peso de la vivienda principal en la composición
de la riqueza de los hogares pasó del 57,3% en el 2014 al 54,2% del total de
los activos en el 2017, y representa el 43,3% del valor de los activos totales.
Todas estas cifras también demuestran que la gente joven ya no percibe la
vivienda en propiedad como una necesidad imperiosa, sino que puede vivir unos
años en alquiler hasta que gana en estabilidad económica y opta por adquirir una
casa e hipotecarse. Mientras tanto, la opción que queda es independizarse con
una vivienda en régimen de alquiler.
Los descensos se ven de forma lenta: el 75,9% de los hogares
en el 2017 eran propietarios de su vivienda principal, frente al 80,4% del 2014.
De ahí que el anterior gobernador, Luis Linde, montó en su día una polémica al
decir que los jubilados españoles eran de los más ricos de Europa porque tenían
una vivienda en propiedad. Para los propietarios de vivienda, el valor de la
misma es de 120.200 euros, cifra que se eleva hasta los 132.000 euros para los
hogares con cabeza de familia de entre 55 y 64 años.
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