España no ha sido nunca la cuna del teletrabajo. Y ahora, en
cambio, se ha convertido casi en una de las primeras alternativas a la que
miran las empresas, especialmente, las del sector servicios, cuando tienen que
adoptar medidas para prevenir el contagio por coronavirus. La lista de
compañías que han recurrido a él por este motivo crece casi cada día: EY,
Indra, Telefónica, Bankia, BBVA o El Corte Inglés han sido algunas de las
primeras. Bien por precaución, ante los viajes de algunos de sus trabajadores a
las zonas de mayor riesgo o bien al detectar los primeros contagios en sus
oficinas. Incluso hay otras, como Vodafone, que han hecho un simulacro enviando
a toda su plantilla a teletrabajar en sus casas para comprobar si puede
mantener sus servicios a distancia, que es lo que harán precisamente hoy los
3.700 empleados del Banco Central Europeo en Fráncfort.
El caso de la consultora EY es el más llamativo. El pasado
jueves activó la segunda fase de su protocolo de prevención, al detectarse el
primer contagio en su sede de Madrid. Desde entonces sus 3.100 empleados están
trabajando en sus domicilios sin incidencias y hasta nuevo aviso. En las
oficinas solamente quedan el equipo de servicios mínimos y el comité de
prevención, unas 25 personas, explica su director de recursos humanos, José
Luis Risco. Sin embargo, Indra desalojó dos de las plantas de su centro de
trabajo de Barcelona por dos contagiados, aunque está previsto que este lunes
vuelvan a sus puestos, y Bankia ha enviado a unas 80 a trabajar a distancia al
conocerse el primer caso de coronavirus en una de las plantas de su sede
madrileña.
Al despacho de Abdón Pedrajas estos días llegan muchas
consultas sobre el tema. Y la respuesta empieza por aclarar que como norma
general “el teletrabajo es voluntario”, apunta Jesús Lahera, consultor de este
bufete y profesor de Derecho Laboral de la Universidad Complutense de Madrid.
No obstante, rápidamente apunta que en el caso actual el principio general
cambia, porque “se trata de un caso de prevención de riesgos laborales”. En el
que “la empresa tiene la obligación de proteger la salud de los trabajadores”,
apoya David Díaz, responsable del área laboral de Baker McKenzie. A su despacho
ahora llegan muchas preguntas relacionadas con el coronavirus y las del teletrabajo
están entre las más destacadas. Aunque añade que en los últimos días crecen las
dudas sobre los expedientes de regulación de empleo temporal ante problemas de
suministro.
Si se mantiene la cadencia y se prolongan la situación, es
probable que suban las bajas cifras de incidencia que tiene el teletrabajo en
España. Según el INE, apenas el 4,3% de ocupados trabaja más de la mitad del
tiempo en casa. La cifra aumenta algo si se toma a quienes lo hacen
esporádicamente, un 3,2% más. La diferencia con los países nórdicos, donde se
aproxima el 15%, es grande.
Las empresas se están preparando para ello. El pasado
viernes los 3.000 trabajadores de Vodafone comprobaron que podían sostener el
servicio sin complicaciones desde sus casas, asegura su directora de recursos
humanos, Remedios Orrantia. En la compañía el 55% del personal teletrabaja
habitualmente un día a la semana. Pero esto no es lo más habitual. De hecho,
según Orrantia, solo el 4,5% de las organizaciones facilitan este tipo de
medidas. “La mayoría de las empresas no están preparadas para el teletrabajo, a
pesar de que España sea el país con la mejor infraestructura tecnológica para
ello. La cultura del presencialismo lo impide”, dice.
José Varela, responsable de Digitalización en el Trabajo de
UGT, considera que la crisis del coronavirus llega sin que las empresas hayan
hecho los deberes y esto pone límites a una gran expansión del empleo desde
casa. “El teletrabajo no es más que una forma de organización del trabajo y las
empresas no están acostumbradas", apunta este sindicalista, que recuerda
el 91,4% de hogares tiene acceso a Internet, el 81% posee ordenador y que
España tiene la mejor red de fibra óptica de Europa, con más de 25 millones de
hogares con posibilidad de acceder a ella y 10 millones de ellos abonados.
Varela advierte que “no es posible pasar de un sitio a otro
si no es con planificación, de forma progresiva”. Como ahora pretenden hacer
Bankia e Indra, por ejemplo, que preparan programas para fomentar el
teletrabajo.
“Hay sectores en que es más fácil como las finanzas, seguros
o consultoría, a los que ha pillado más preparados. Pero hay actividades que no
son susceptibles de esto, como el comercio", aprecia José María Martínez,
secretario general de la Federación de Servicios de CC OO. “No se trata solo
del sector, sino de la disponibilidad de los medios tecnológicos para los
trabajadores. Centrándonos sólo en sectores donde es viable el teletrabajo, hay
mucha pequeña o mediana empresa con menos recursos para que el teletrabajo sea
efectivo, en algunos casos se debe invertir también en digitalización (más allá
del portátil): uso de la nube, conexión en red o , aplicaciones específicas”,
indican en Cepyme.
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