La inflación anual estimada del IPC en junio de 2016 es del –0,8%, de acuerdo con el indicador adelantado elaborado por el INE.
Este indicador proporciona un avance del IPC que, en caso de confirmarse, supondría un aumento de dos décimas en su tasa anual, ya que en el mes de mayo esta variación fue del–1,0%.
En este comportamiento influye la subida de los precios de los carburantes (gasoil y gasolina) y la electricidad.
La inflación anual estimada del IPC en junio de 2016 es del -0,8%, de acuerdo con el indicador adelantado elaborado por el INE. Este indicador proporciona un avance del IPC que, en caso de confirmarse, supondría un aumento de dos décimas en su tasa anual, ya que en el mes de mayo esta variación fue del -1,0%.
De confirmar el dato el INE, la economía española habría entrado en deflación técnica. Según el FMI, describe está situación para una economía con el descenso generalizado y prolongado de los precios durante al menos dos trimestres. Desde hace dos años, el IPC no se sitúa claramente en terreno positivo.
La deflación es una situación que temen todos los economistas porque se da muy pocas veces, solo se registró en los años posteriores de la Gran Depresión, en Japón desde los años noventa y últimamente en Grecia.
Es temida porque implica un descenso en la actividad empresarial, con el consiguiente aumento del paro, al caer el consumo y también un aumento de la deuda por la caída de los intereses.
En el caso de España se descarta este escenario a pesar de los datos principalmente porque es incompatible con un fuerte crecimiento económico y del consumo, como actualmente pasa. Además, el IPC está condicionado por el desplome de los precios energéticos y alimentos frescos. Los expertos suelen señalar como más representativos de la evolución de precios el IPC subyacente, que excluye los dos componentes. El pasado mes mayo se situó al 0,7% y durante todo el periodo de la crisis nunca ha entrado en terreno negativo.
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