El Ministerio de Empleo quiere
aplicar una
importante subida a las bases máximas de cotización a la Seguridad Social a
partir de 2017 para
aumentar los ingresos del sistema y poder cumplir así con el objetivo de
déficit público para el próximo año del 3,1%, según ha podido saber CincoDías.
El Gobierno, que estudiará mañana esta medida en el Consejo de Ministros,
podría incluirla, al menos como recomendación, en el decreto de ajustes que
aprobará para enviar a Bruselas.
En la actualidad, la base máxima de cotización está fijada para
2016 en 3.642 euros mensuales, por lo que todos los ingresos
salariales que tiene un trabajador por encima de esa cantidad no cotizan a la
Seguridad Social.
Colectivo afectado
Sin embargo, el
Gobierno no prevé ahora incrementar proporcionalmente la pensión máxima –ahora fijada en 2.567 euros al mes– y
trasladará esta posibilidad a los trabajos que está realizando la Comisión
parlamentaria del Pacto de Toledo. En la actualidad, la relación diferencial
entre la pensión máxima y la base máxima de cotización del sistema es un 15%
inferior la primera y esta diferencia se ampliará previsiblemente con esta
medida.
La medida, de aprobarse
finalmente, afectará aproximadamente al 9% de los afiliados con rentas iguales
o superiores a los 3.642 euros al mes.
El colectivo de trabajadores de
entre 41 y 53 años es el que concentra un mayor número de asalariados cotizando
por base máxima, con casi 600.000 afiliados. Le siguen aquellos de más de 54
años, que suman casi 400.000.
En la práctica, la mayor parte de
esta medida deberá ser costeada por las empresas, que abonan casi el 30% del salario
bruto del trabajador a las arcas del sistema de Seguridad Social. Si bien los
trabajadores que cotizan por base máxima también lo notarán en el sueldo neto,
ya que aportarán a la Seguridad Social el 6,25%, porcentaje en el que está
fijada su cotización, sobre una mayor base de su salario, que ahora escapaba a
este gravamen.
Es seguro, por lo tanto, que esta
medida no va a gustar a las empresas ni a sus representantes patronales, por el
mayor coste laboral que deberán soportar. De hecho, el director de Relaciones
Laborales de la patronal CEOE, Jordi García Viña compareció el pasado miércoles
en la Comisión del Pacto de Toledo donde se mostró en contra de cualquier
subida de cotizaciones (ya fuera de tipos o de bases máximas). En concreto,
advirtió que, según los empresarios, dichas subidas de
cuotas perjudicarían la creación de empleo y podrían generar también una
disminución de los salarios, si las empresas deciden trasladar a los
trabajadores el mayor coste laboral.
A vueltas con el ‘destope’
El incremento de las bases
máximas de cotización está en la estela de quienes consideran que las rentas
salariales deberían cotizar en su totalidad. De hecho, el PSOE, Podemos, los sindicatos UGT y CC OO y algunos de
los expertos que ya han comparecido en el Pacto de Toledo habían propuesto la
eliminación total de los topes máximos de cotización (lo que en el argot
laboral se conoce como destope).
Haciendo que la totalidad de las
rentas salariales coticen, la Seguridad Social experimentaría un extraordinario
incremento de ingresos.
Distintas estimaciones consideran
que en la actualidad existen más de 26.000 millones de rentas salariales que no
están cotizando, por formar parte de salarios superiores a los 3.642 euros
brutos mensuales. De esta forma, si se gravan estas rentas a los actuales tipos
de cotización, supondrá un aumento de los ingresos de 7.577 millones de euros
al año.
No obstante, destopar totalmente las bases de cotización implicaría
necesariamente subir las pensiones máximas en una proporción suficiente para
mantener la contributividad del sistema. Además, se trataría de una medida
que solo se podría realizar de forma progresiva a lo largo de varios años o
varias legislaturas debido al enorme aumento del coste laboral que supondría
para las empresas, sobre todo.
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