La organización del congreso del móvil de Barcelona, el
Mobile World Congress (MWC), ultima un plan de movilidad alternativa ante la
posible nueva huelga de metro en la ciudad.
Fuentes cercanas a GSMA, la asociación que agrupa a más de
800 empresas de la industria del móvil, indican que se trabaja para conseguir
segregar carriles del tráfico rodado dentro de la ciudad para garantizar que
los más de 101.000 asistentes y 2.000 expositores puedan llegar hasta el
recinto de Gran Vía de Fira Barcelona.
Se reforzaría el sistema de autobuses lanzadera de la
edición de 2016. Es decir, enlaces desde puntos estratégicos como zonas
hoteleras o las principales estaciones de tren hasta plaza España primero y
L'Hospitalet de Llobregat después. La reserva de carriles sería necesaria para
evitar el colapso del año pasado.
Es el Ayuntamiento de Barcelona el que tiene la última
palabra sobre la reserva de carriles para congresistas. Es la institución que
debe dar el permiso.
Servicios mínimos
También se confía en que la Generalitat dicte servicios
mínimos generosos. Están prefijados, aunque se han ampliado en varias ocasiones
en el último año.
En estos casos se incrementan a partir de informes de Mossos
d’Esquadra en los que se advierte de los riesgos que existen si se acumulan
muchos usuarios en los andenes. Algo que seguro que ocurre si se convocan paros
en el suburbano y 101.000 personas deben llegar a Gran Vía en un margen de
entre una o dos horas. Lo mismo ocurre en la salida, aunque suelen ser más
esponjadas.
Asamblea de los trabajadores del metro
El plan B de movilidad aún no está aprobado. Depende del
resultado de la asamblea de trabajadores del Metro de Barcelona que se celebra
este martes. La plantilla deberá votar entre convocar o no dos días de huelga
por el enroque de la negociación del convenio colectivo de la empresa pública.
Se trata del mismo motivo que provocó los paros del año
pasado, algo que ha disgustado profundamente a la cúpula de GSMA, según las
mismas fuentes. Interlocutores del comité de empresa cargan contra la presunta
falta de voluntad negociadora del gobierno de Ada Colau. Recuerdan que la
negociación se paró en el último trimestre de 2016 y que se ha tardado en retomar
en los últimos dos meses, cuando la amenaza de nuevos paros en el MWC ya estaba
sobre la mesa.
Segunda asamblea
Reprochan que ni siquiera se han convocado más encuentros ni
con mayor tiempo de diálogo en las últimas semanas. Por ello, no se ha podido
entrar a negociar ni siquiera la duración del nuevo pacto laboral o las tablas
salariales. La falta de avance en la negociación decantaría la balanza hacia el
sí de la huelga. Sólo el desgaste del conflicto entre la plantilla la podría
reequilibrar.
Algunos sectores son partidarios de que la
convocatoria de huelga se deba ratificar en el último momento. Sería una medida
de presión para que la dirección de TMB, la empresa pública de la que depende
el Metro de Barcelona, se metiera de lleno en la arena de la negociación y se
avanzara antes de que el MWC de el disparo de salida el lunes 27 de febrero
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