Duro varapalo de los rectores de las universidades españolas
a la política que puso en marcha José Ignacio Wert siendo ministro. Esta vez
las críticas no son por la reforma educativa –que ahora vuelve a debatirse en
el Congreso–, sino por un sistema de becas que, dicen, ha servido para
precarizar todavía más la situación de los alumnos más vulnerables y para que
las familias soporten un mayor coste frente a un Estado que aporta menos.
España se ha convertido en el cuarto país con los precios públicos más elevados
de la Unión Europea.
Así lo ha puesto de manifiesto la Conferencia de Rectores de
las Universidad Españolas (CRUE) en su informe La universidad española en
cifras 2015-2016”, que apoya su denuncia sobre la política de becas actual con
datos: más de 70.000 alumnos de enseñanzas de grado por curso académico han
visto alteradas sus expectativas de acceso a las ayudas. Los rectores han
resaltado la “brusca caída en la capacidad económica de los beneficiarios” de
las becas.
En el último trienio, los alumnos han visto cómo sus dotaciones se
reducían hasta valores de 2006/2007, pues la financiación media de los becarios
ha pasado de los 3.256 euros del curso 2012/2013 a los 2.649 euros en el
2015/2016 (unos 600 euros menos); y la dotación de los becarios desde 2011
hasta 2015 ha bajado un 24,21%. Para los becarios de menor capacidad económica,
la reforma de Wert ha reducido a menos de la mitad el importe de la ayuda
concedida. Por el contrario, las familias asumen un mayor esfuerzo para pagar
la universidad, sobre todo en determinadas comunidades, mientras que el Estado
se ahorra unos 70 millones anuales en el capítulo de ayudas a la universidad.
La cuantía de las becas que perciben los universitarios cayó
algo más de un 24% entre el 2011 y el 2015
Ante esta situación, los rectores piden que se reforme el
sistema de becas, que se revisen las condiciones impuestas para solicitar la
ayuda y que se eleve al alza las cuantías económicas, en este momento similares
a las de hace diez años, cuando España vivía un periodo de vacas gordas y con unos
precios públicos universitarios claramente inferiores a los actuales.
El capítulo Precios y ayudas al estudio universitario del
citado informe no deja margen a la duda: la reforma realizada en materia de
ayuda universitaria aumenta la desigualdad y echa por tierra el dogma de
igualdad de oportunidades, pese al incremento de becarios (del 18% al 21%).
Según este trabajo, en el curso 2016/2017, España continuaba manteniendo uno de
los niveles de precios públicos universitarios más elevados de la Unión Europea,
que sigue la filosofía de tasas de matrícula muy bajas o gratuitas. Sólo
Irlanda, el Reino Unido, Holanda e Italia tienen los precios públicos del grado
más elevados que España.
La estrechez del nuevo modelo para el acceso a beca ha
supuesto una “exclusión discrecional de colectivos” que, pudiendo matricularse
en estudios universitarios, sin embargo ven que se les niega total o
parcialmente la posibilidad de solicitar ayudas económicas, al necesitar una
nota determinada, señalan los rectores. “Esta modificación de índole académica
está favoreciendo la precarización del estatus de becario, que, ante la
insuficiencia económica, tiene que acudir necesariamente a llevar a cabo
actividades laborales esporádicas que limitan su tiempo para el estudio y que
probablemente tengan consecuencias en sus resultados académicos y en las
posibilidades de renovación de su condición de becario, que, en última
instancia, puede determinar su continuidad en los estudios universitarios”,
indica el informe.
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