La economía catalana va bien,
pero no la economía de la mayoría de catalanes. Así se podrían resumir las
conclusiones del informe presentado este jueves por Comisiones Obreras de
Catalunya bajo el título "Un crecimiento económico desequilibrado. Beneficios
empresariales al alza, salarios a la baja".
El sindicato ha afirmado que el
crecimiento de indicadores como el PIB, los beneficios empresariales o la
facturación de todos los sectores productivos de la economía catalana y
española sin un incremento de los salarios provoca un aumento de la vulnerabilidad
frente a una posible futura espiral inflacionista. Un horizonte al que podría
llegarse mediante un hipotético incremento de los precios del petróleo o una
deriva proteccionista fruto de una guerra comercial entre Estados Unidos o
China.
Así lo han argumentado el
secretario de Trabajo y Economía de CCOO en Catalunya, Ricard Bellera, y la
responsable de Economía y Seguridad Social, Gina Argemir, que han afirmado que
la histórica tendencia del modelo productivo catalán y español de aumentar la
competitividad por la vía del descenso de los costes laborales convierte a
España en una economía muy vulnerable al incremento de los costes
energéticos.
Uno de los puntos en los que el
informe de CCOO más incide es en la progresiva disminución del peso de las
rentas del trabajo en el total del Producto Interior Bruto (PIB), que al cierre
del 2017 han tasado en el 45,9% del total. Un porcentaje que al inicio de la
crisis financiera, en el 2009, era del 50,7% y que disminuye en favor de las
rentas generadas por el capital, que en el 2017 representaron el 44,9% del PIB
español. Es decir, cada vez se invierte más en economía especulativa que en
productiva.
Dicha disminución se intensifica
coincidiendo con la vuelta al crecimiento del PIB desde el 2012 y que el
sindicato explica mediante el retroceso de los salarios. Concretamente, CCOO
cifra en un descenso del 13% el que han experimentado los salarios reales de
los catalanes en los últimos diez años, cuadrando incrementos nominales e
inflación.
Otro de los indicadores que el
informe subraya es que, a pesar de volver a la senda de la reducción del paro,
ello se ha conseguido mediante una mayor temporalidad, siendo uno de cada tres
contratos temporales firmados en Catalunya de menos de una semana. Una
temporalidad que afecta especialmente a las mujeres.
El aumento de la temporalidad se
explica y coexiste con un descenso del total de horas trabajadas, que CCOO ha
cifrado en cerca del 15% en los últimos años diez años, o el descenso de la
tasa de actividad, que desde el 2008 ha bajado en 140.200 personas en
Catalunya. Algo que el sindicato considera especialmente crítico para la futura
viabilidad del sistema público de pensiones.
"Todos estos
indicadores contradicen el mantra de que, para redistribuir riqueza, primero
hay que crearla", ha concluido Argemir. "Una menor ocupación y unos
menores salarios condenan a Catalunya y a España a un ciclo de crecimiento más
corto y las dejan peor preparadas para la próxima crisis", ha pronosticado
Bellera
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