Los trabajadores de Google España son la envidia de medio
país. Sus oficinas, en la lujosa torre Picasso, en el centro financiero de
Madrid, cuentan con un espacio privilegiado para la creación y el trabajo duro.
En Google España los trabajadores desayunan, comen,
meriendan y cenan lo que quieran. Desde comida gourmet hasta helados y
golosinas. No tienen que pagar ni un céntimo. Todas las atenciones hacia los
trabajadores nunca parecen suficientes en la empresa dirigida en Madrid por
Fuencisla Clemares.
Cualquier empleado puede trabajar desde casa y asistir a las
reuniones a través de hangout o por otro método de videoconferencia. No hay que
pedir permiso para ausentarse, para ir a buscar los niños al colegio o para ir
al médico. Google lo pone todo fácil.
A simple vista, parece el paraíso, la empresa donde
cualquier trabajador quisiera pasar sus ocho horas diarias. Pero a pesar de las
hamacas, los pufs, las mesas de futbolín y los nap pods (los sillones
futuristas para hacer las siestas) trabajar en Google también genera un
sentimiento agridulce, al menos para algunos trabajadores.
Una parte importante de los trabajadores de Google en España
son temporales. La empresa, incluso para puestos estables, recurre a los
contratos con duración determinada. Detectar al empleo temporal en la empresa
no es tarea complicada. Todos los que lleven una tarjeta roja colgada sobre su
cuello no han tenido el privilegio de entrar en plantilla. Hasta las chicas de recepción,
las que dan la imagen de la empresa, suelen ser trabajadoras temporales, según
explican fuentes cercanas a la compañía.
Hablar de los detalles internos de Google es una tarea
peligrosa para los trabajadores. Al ingresar a la multinacional, se comprometen
a no desvelar ningún detalle, por irrelevante que parezca, con personas que no
formen parte de Google. “Y esto incluye familiares y amigos”, explica un
trabajador de la firma.
Los nuevos ingenieros entran con la esperanza de participar
en la creación de tecnología y aplicaciones que cambien el mundo. De hecho, es
en lo que trabaja Google cada día. Pero esos trabajos no suelen ubicarse en las
plantas 23, 26 y 27 de la torre Picasso de Madrid, donde operan las oficinas de
Google España y Portugal.
Esos puestos están reservados para la sede central en
Mountain View, en California, donde se asienta la sede central de la
corporación, pero también en otras sedes con gran peso en el desarrollo
tecnológico como Londres, Estocolmo y Tel-Aviv, entre muchas otras.
España es una oficina básicamente de ventas. Se contratan
ingenieros, se buscan perfiles técnicos y de los buenos, pero no para
desarrollar nuevos productos sino para vender los que otros crean.
El trabajador que ingresa en Google se sorprende porque
buena parte de los empleados ya se conocían con anterioridad. “Iban a los
mismos colegios, a las mismas universidades y a los mismos entornos. Hablan
idiomas, tienen una excelente formación, pero da la impresión que muchos de
ellos han entrado a la empresa recomendados por otros”, asegura un
extrabajador. “Es una empresa estupenda para trabajar. Te da currículum,
adquieres muchos contactos, pero sales con la impresión de que son un poco
sectarios”, agrega.
Pese a todas las comodidades, las mesas de billar y futbolín
casi no son usadas. El fuerte ritmo de trabajo hace que la plantilla esté
metida en reuniones y no tenga tiempo para desestresarse. Pero aún así, deben
estar. La empresa parece preocupada porque sus empresarios se sientan contentos
y comenten en el exterior todos los beneficios de ser un trabajador Google.
Con unas privilegiadas vistas a Madrid, solo el exceso de
trabajo parece perturbar a la plantilla de Google, siempre en reuniones y con
equipos multidisciplinares. Apenas una inspección sorpresa de la Agencia
Tributaria por sospechas de fraude fiscal --como la ocurrida en junio pasado--
puede perturbar las fructíferas jornadas laborales en las oficinas de Google.
Aún así, casi todo el que se va, tiene una despedida, un
agasajo y muy buenas palabras. La plantilla también parece estar programada
para recordarle a todo el que ha pasado por allí que una de las mejores cosas
que le pudo pasar en su vida ha sido trabajar en Google.
No hay comentarios:
Publicar un comentario