La cúpula directiva de Transports Metropolitans de Barcelona
cobró un promedio de 10.000 euros anuales en concepto de beneficios sociales.
En conjunto, la empresa pública ferroviaria se gastó entre 2007 y 2016 más de
dos millones de euros en conceder prestaciones sociales a los directivos. Entre
las retribuciones fijas, los objetivos y los “Beneficios Sociales” cobraban una
promedio de 133.700 euros.
Se trata de información en exclusiva que añade nuevos
detalles sobre los sueldos de los directivos y que complementa la publicada
este domingo por La Vanguardia en el que se revelaba que la cúpula de TMB
cobijó a tres directivos ‘doscientosmileuristas’ durante la crisis.
Los más de 20 cargos de la dirección tienen un salario
compuesto por un importe fijo, que representa el 85% del total; los pluses por
la consecución de objetivos -personales, de departamento y estratégicos de
empresa-, un 7%; y los beneficios sociales, que alcanzan el 8% de la
retribución. La educación de los hijos en centros públicos y privados desde la
guardería hasta los estudios postuniversitarios, seguros de vida y accidentes,
formación propia, créditos con la empresa, y mutua sanitaria son algunas de las
prestaciones a las que los directivos pueden optar hasta llegar a un máximo
asignado que oscila entre los 5.000 y los 14.000 euros, según el contrato de
cada cargo.
Este plan de prestaciones está en funcionamiento desde 1992
y forma parte de la retribución del personal que se encuentra fuera de
convenio. Tiene la voluntad de costear también gastos sociales no cubiertos por
la administración como el pago de ortodoncias, prótesis, terapias psicológicas,
talleres ocupacionales y escuelas de educación especial, entre otras. Cada
trabajador escoge, según su situación personal y familiar, aquellas opciones
que más le convengan.
Este salario en especie, además, dispone de un sistema
‘antipérdida’. En de caso que la ‘bolsa’ de dinero no se agote o no se quiera
gastar, el montante restante se va acumulando hasta que se reintegra de golpe
al trabajador, de forma similar a un plan de capitalización. Esto ocurre cuando
el trabajador cursa la baja en la empresa ya sea al jubilarse, marcharse por
voluntad propia o incluso al ser despedido.
En cuanto a los gastos concretos que cada directivo efectuó
con este salario diferido, TMB se niega a ofrecer la información tan detallada
y alega que se trata de datos privados.
Formación, créditos y mutua sanitaria
Por lo tanto es imposible conocer, por ejemplo, en qué
centros se formaron tanto los directivos como sus hijos. La Vanguardia sí ha
podido averiguar, en cambio, es que los gastos de formación estipulados en este
plan de beneficios sociales incluyen cualquier tipo de educación reglada
impartida en centros públicos y privados –universidades y academias oficiales–
de forma, presencial, a distancia o mixta. El único requisito imprescindible es
que el trabajador obtenga un título de validez académica o de especialización
profesional que pueda revertir a un mejor desempeño de sus funciones en el
lugar de trabajo dentro de TMB. También quedan incluidos los cursos de idiomas,
incluso aquellos que no conlleven la obtención de un título académico.
Asimismo, tampoco es posible conocer el tipo de interés y
las condiciones concretas que se aplican a los créditos que concede la empresa
pública a sus trabajadores, tanto los que están dentro de convenio como los de
fuera.No se trata de un acuerdo con ninguna entidad bancaria sino de un
préstamo que efectúa TMB con sus propios fondos bajo unas condiciones
preferentes, que no ha detallado. Se empieza a amortizar el mismo mes de su
concesión, a través de la nómina. Para los directivos, el diferencial entre el
tipo de interés de TMB y el que se obtendría en el mercado libre se computa al
final del año como parte de los ‘beneficios sociales’.
También es un misterio quiénes han optado por acogerse a la
mutua de salud privada que ofrece TMB. Una mutua sanitaria vinculada a la empresa
alemana DKV,según aseguró la CUP en febrero de 2016. Este mismo partido
denunció en agosto del mismo año que los directivos disponían al menos un
Iphone 6 con línea telefónica a cargo de la empresa. Sin embargo, la empresa
rechazó concretar qué material electrónico de libre disposición entregaban a
sus directivos al considerarlo una herramienta de trabajo más, y no parte de su
sueldo.
Hasta hoy era una incógnita el importe que percibía la
cúpula en concepto de beneficios sociales y sus condiciones. La Vanguardia ha
tenido acceso a los datos gracias a una petición de información pública
tramitada a través de la Ley de Transparencia. Un año más tarde y después de
una auténtica gincana burocrática, TMB ha entregado buena parte de los datos
solicitados.
A pesar de que ofrecerlos fuera de plazo y sin el desglose
requerido, han permitido que salieran a la luz por primera vez los salarios
reales y la variedad de ‘beneficios sociales’ en especie que han percibido la
veintena de integrantes del Consejo de Dirección y la Comisión Ejecutiva a lo
largo de la crisis y que todavía hoy mantienen. De los cuatro nuevos fichajes y
dos ascensos efectuados en lo que va de mandato, solo dos directivos -el
consejero delegado Enric Cañas y el director ejecutivo de Marketing Joaquim
Balsera- han dejado de percibir este tipo de retribución diferida. De un
tercero, el adjunto al consejero delegado Pau Noy, TMB no ha ofrecido el
desglose de su salario anual.
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