España se sitúa a la cola de Europa en el desarrollo del
capital humano, esto es la formación y productividad de sus trabajadores, según
un estudio del Foro Económico Mundial. Solo Grecia, Moldavia y Serbia aparecen
peor. Países del Este como Rumanía o los bálticos figuran por encima. También
China y Rusia. ¿Los motivos de este retraso? La baja participación laboral, el
paro, el subempleo, el sistema educativo, la pobre formación en la empresa, la
mala acogida de la FP y, en menor medida, la escasa proporción que existe de
empleo cualificado.
“Demasiados países,
especialmente en las economías en vías de desarrollo, están todavía
persiguiendo caminos hacia la creación de valor económico basados
exclusivamente en el empleo barato, esto es [...] únicamente concentrándose en
poner gente a trabajar con escasa preocupación por la diversificación de las
habilidades o por adquirir unos conocimientos profesionales más avanzados”,
concluye el informe de 2017 del Foro Económico Mundial sobre desarrollo de
capital humano, o lo que es lo mismo: el grado de formación, la productividad y
el aprovechamiento de los trabajadores de los que se disponen.
De acuerdo con las conclusiones de este documento, hay que
tener en cuenta que la cuarta revolución industrial “entraña una posibilidad
muy real de interrumpir esa forma de desarrollo económico”. Es más, incluso en
los países avanzados donde sí que se desarrolla una elevada especialización,
“existe el riesgo de que estas tendencias dejen atrás una porción cada vez
mayor de la fuerza laboral”.
¿Y dónde está España en este cuadro que pinta el Foro
Económico Mundial? Pues no muy bien a tenor de la clasificación. España queda
en este ránking que mide el adecuado desarrollo y aprovechamiento del capital
humano —y, por tanto, del talento— en el puesto 44 de 130, en teoría muy por
debajo de su peso. Países como los bálticos, Kazajistán, Tailandia, China,
Rumanía, Rusia, Polonia, Eslovaquia, Hungría o Bulgaria superan a España. Cabe
recordar que precisamente el Foro Económico Mundial había señalado a España en
otro informe como el país más competitivo del mundo en el sector turístico.
El estudio sobre capital humano puntúa de cero a cien una
serie de indicadores como la alfabetización, el grado de educación recibida, la
participación laboral, el paro, el subempleo, la calidad de la educación
reglada y de la formación en las empresas o la proporción de empleo
cualificado, entre otros. El informe considera una puntuación de 70 como un
grado de desarrollo alto. La media de Europa occidental está justo en el 71. Y
España cosecha un 65, lo que la aleja del grupo de cabeza dominado por los
nórdicos, Suiza, Estados Unidos y Alemania.
También sale mal retratada por el elevado grado de
subempleo, en este caso aquellos ocupados que trabajan menos horas de las que
querrían. La calidad del sistema educativo solo recibe una puntuación de 46
sobre cien. Y la formación de las plantillas en las empresas recibe incluso
peor nota: un 44. El documento señala además la baja proporción de jóvenes que
se apuntan a la formación vocacional o FP.
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