La recuperación del mercado laboral de los últimos años pasa
por una bajada sensible en los salarios para buena parte de los trabajadores.
El sueldo de los nuevos contratos firmados en el 2015 –cuando la economía logró
crear medio millón de puesto de trabajo por segundo año consecutivo– fue casi
un 12% inferior a los cerrados a lo largo del 2008, según concluye el estudio
de Daniel Fernández Kranz publicado por Funcas.
Precisamente ayer el Fondo
Monetario Internacional (FMI) avisó de que el escaso avance de los salarios en
las economías avanzadas tiene que ver con altas tasas de desempleo en algunos
países, pero también con el aumento del trabajo por horas y la baja
productividad.
En el caso de España, la tasa de desempleo sigue siendo
elevada –está por encima del 17%–, mientras que el empleo a tiempo parcial
involuntario supera el 60%. Y el ajuste de los últimos años ha recaído
especialmente sobre los nuevos contratados. El informe de Funcas , hecho
público ayer, analiza cómo son los salarios de los empleos creados desde el
2014 y de qué forma han variado con respecto al inicio de la crisis económica.
Así, remarca que quienes se vieron obligados a cambiar de empleo “sufrieron un
fuerte penalización salarial”. ¿Por qué han bajado tanto los sueldos para
ellos? Fernández Kranz lo achaca a la pérdida de los derechos adquiridos por
estos trabajadores de su ocupación anterior y a que se paga menos que antes por
el mismo tipo de empleo. Un hecho que se refleja en el aumento de las
diferencias salariales dentro de una misma empresa. También pesa, asegura la
publicación de Funcas, el incremento del trabajo a tiempo parcial.
Se paga menos por el mismo tipo de empleo y crece el trabajo
por horas y la precariedad
En cambio, el estudio de Funcas, basado en la Muestra
Continua de Vidas Laborales de la Seguridad Social, rebate la idea de que esta
devaluación salarial para los que han encontrado trabajo en los últimos años se
explique con cambios a sectores donde tradicionalmente se paga poco. Ni con la
tasa de temporalidad, muy similar al periodo precrisis, señalan. Fernández
Kranz precisa que buena parte de los ocupados que se han visto forzados a
cambiar de actividad provenían de la construcción, un sector caracterizado por
sueldos más bajos.
El retrato sobre las retribuciones para los nuevos empleos
resulta más negativo si se tienen en cuenta los ingresos anuales. El avance de
los contratos inestables y de corta duración implica una bajada en el número de
días trabajados a lo largo del año, de tal forma que los nuevos contratos del
2015 representaron un 22% de ingresos al año menos que los firmados siete años
antes.
El FMI alerta del impacto del trabajo a tiempo parcial y la
baja productividad
Las pérdidas son aún más considerables entre los jóvenes.
Entre los menores de 26 años, el salario del contrato que marca el inicio de su
vida laboral fue en el 2015 un 14% más bajo que en el 2008. Un retroceso que se
explica en buena medida por la devaluación salarial del puesto de trabajo y la
incidencia de contratos a tiempo parcial. En términos de ingresos anuales, la
pérdida para los jóvenes asalariados es de nada menos que el 33%.
En cuanto al incremento “muy importante” de la dispersión
salarial, el estudio remarca que no viene explicada por las características de
las empresa o del trabajador y que “se empieza a dar en el 2012, quizás como
resultado de la reforma laboral de ese año”. La diferencia entre los que más
ganan y los que menos se aceleró en el 2013 y el 2014, justo a las puertas de
la recuperación.
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