Cuando los trabajadores escuchan que España encabeza la
recuperación económica de la eurozona, es normal que tengan muchas dudas. Si el
país es líder en crecimiento, ¿por qué no lo notan en sus nóminas a fin de mes?
Los datos de Eurostat les dan la razón a todos ellos, ya que los salarios en
España suman un año congelados en plena recuperación y en medio de un repunte
de la inflación. Los últimos datos disponibles se corresponden con el primer
trimestre del año y, en ese periodo, la evolución del salario por hora fue
exactamente del 0%: sueldos completamente estancados. Si se incluye además el
efecto de pérdida de poder adquisitivo provocado por el avance de la inflación,
el resultado es que España es el país de la UE con mayor pérdida de poder
adquisitivo.
En el resto del continente sí se ha producido una mejora de
la retribución a los trabajadores, con revisiones que en la mayor parte de los
casos superaron la inflación. En la eurozona, el salario por hora aumentó un
1,6%, y en el conjunto de la Unión Europea, un 2,1%, lo que permite el reparto
de la recuperación entre todos los trabajadores. Estos datos recogen el salario
neto de impuestos y ajustado de calendario y estacionalidad para evitar las
desviaciones para que sean comparables entre regiones y en el tiempo. Incluyen
en el cálculo pagas extra y retribuciones en especie. De hecho, la tendencia
del salario por hora en España de los últimos trimestres ha ido a la baja, como
consecuencia del estancamiento de los sueldos y de la baja calidad del empleo que
se está creando.
Deutsche Bank ha sido la última institución internacional
que ha alabado la "recuperación impresionante" de la economía
española, pero los indicadores importantes van con retraso
Las mayores subidas salariales se han producido en los
países del este del continente, que son también quienes presentan las tasas de
crecimiento del PIB más elevadas. En Letonia la retribución por hora trabajada
creció un 8,6%, en Estonia un 5,4% y en Eslovaquia un 3,4%. Pero en los países
del entorno de España también las subidas salariales han sido superiores. Por
ejemplo, en Italia avanzaron un 0,7%; en Irlanda un 1,1%; en Alemania y
Portugal un 1,8%, y en Francia, un 2%.
Solo dos países de la UE tuvieron un peor comportamiento
nominal de los salarios: Holanda y Finlandia, donde cayeron un 0,1% y un 1,5%
respectivamente. Sin embargo, en estos dos países la inflación es claramente
inferior a la española, por lo que las pérdidas de poder adquisitivo no fueron
tan abultadas como las que sufrieron los trabajadores en España.
La negociación colectiva entre los sindicatos y la patronal
fracasó el pasado mes de julio sin conseguir un acuerdo a nivel nacional, lo
que terminó por bloquear una subida generalizada de los salarios. Los acuerdos
que se han ido alcanzando a nivel sectorial o empresarial no superan la
inflación, por lo que también provocan pérdidas de poder adquisitivo. La subida
salarial media pactada cayó en agosto hasta el 1,09%, cifra que se aleja del
1,8% (más una cláusula de revisión ligada a la inflación) que exigieron como
mínimo los sindicatos durante la negociación colectiva.
El lastre de la inflación
En el inicio del año, la inflación se disparó por la subida
del precio del petróleo en el mercado internacional y por el encarecimiento de
la electricidad en España. Dos factores que alertaron a los trabajadores ante
la pérdida de poder adquisitivo que estaban sufriendo. El IPC alcanzó el 3%
interanual mientras los salarios estaban estancados. Esto provocó que España se
situara a la cola de Europa en cuanto a la evolución real de la retribución a
los trabajadores. En concreto, la inflación media del primer trimestre se situó
en el entorno del 2,7% mientras los salarios estuvieron congelados.
De este modo, la evolución real del salario por hora fue del
-2,7%, la peor de toda la Unión Europea, por detrás de Finlandia, donde cayeron
un 2,6%; Bélgica, con un -1,7%, y Luxemburgo, con un 1,6%. En total, 12 países
de la Unión Europea tuvieron pérdidas de poder adquisitivo. De hecho, el
salario medio real de la eurozona cayó un 0,4%.
Báñez y Montoro quieren que la recuperación llegue a los
trabajadores, pero Guindos pide contención para mantener las ganancias de
competitividad de la economía española
Si se amplía el periodo de análisis, se observa que España
también se sitúa a la cola en la evolución de los salarios de la eurozona
durante toda la recuperación. En los dos últimos años, el salario nominal por
hora ha aumentado un 0,8%, muy lejos del 3% que han acumulado el conjunto de
países de la eurozona. De hecho, solo hay tres países peores que España:
Finlandia (-0,8%), Italia (0,3%) y Chipre (0,4%).
En los últimos tres años, la retribución ha crecido un 2,5%,
casi la mitad de la subida que ha experimentado el conjunto de la eurozona, que
supera el 4,9%. Cifras que muestran que el mercado laboral español sigue
teniendo un problema de exceso de oferta que provoca que los precios (salarios
en este caso) puedan mantenerse bajos. Mientras la tasa de paro se mantenga en
el entorno del 18%, será complicado que se generen presiones inflacionistas en
el mercado de trabajo y solo se producirán mejoras en la retribución si son
pactadas entre empresas y trabajadores.
Dos factores explican el mal comportamiento de los salarios
en España.
El primero de ellos es el fracaso de la negociación colectiva, que
impidió que se alcanzara un gran acuerdo nacional para elevar la retribución.
De esta forma, los salarios casi congelados de los trabajadores impiden que
mejore la ratio de retribución por hora.
El segundo es la baja calidad del empleo que se crea. Como
los nuevos salarios son más bajos que la media, empuja la remuneración agregada
a la baja, de modo que se reduce el salario por hora del conjunto de los
trabajadores. De este modo, aunque la retribución pactada suba un poco, los
nuevos empleos reducen la media hasta congelarla en el 0%, como reflejan los
datos de Eurostat.
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