La industria española se aleja de los objetivos marcados por
la Unión Europea (UE) y reduce su peso en el conjunto de la economía del país
hasta el 16%. Es un porcentaje sensiblemente inferior al del año 2000 (18,7%) y
al objetivo del 20% que marcó la Unión Europea para el año 2020. En Catalunya,
que se mantiene como la región más industrializada España (representa el 23,5%
del PIB del país), el sector industrial pesa el 19,7% de toda la economía,
según datos del Consejo de Ingenieros y de Economistas.
Las cifras corresponden al 2018, por lo que no tienen en
cuenta la mala evolución de la industria en Catalunya que se encuentra en
recesión tras encadenar tres trimestres de caídas del PIB. Tampoco tiene en
cuenta el efecto del fuerte incremento de la regulación de empleo. Los datos
correspondientes a los siete primeros meses del año muestran que seis de cada
10 afectados por un expediente de regulación de empleo (ERE) provenían de
empresas industriales.
José Antonio Galdón, presidente del Consejo General de la
Ingeniería Técnica Industrial, sostiene que la falta de gobierno afecta al
sector: “La parte política es importante porque para generar inversiones hace
falta estabilidad política”. En el Barómetro industrial 2019 presentado ayer se
detallen diferentes medidas, entra las que destaca “un pacto de Estado global,
para, a través de él, incidir sobre toda una serie de reformas estructurales
que permitan a la industria española cumplir con el objetivo de la UE”.
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Entre las medidas propuestas se encuentra la especialización
tecnológica, el impulso a la industria 4.0, la unión fiscal en el ámbito de la
UE o cambios en el terreno energético, el logístico y también en el de las
infraestructuras.
El proceso de terciarización de la economía hace años que dura
al aumentar el empleo en el sector servicios. Muchos trimestres el sector que
más empleo crea –según la EPA– es la hostelería. Galdón explicó que es
importante que la industria esté fuerte porque el empleo que origina es más
“estable” ya que las inversiones suelen ser a largo plazo. Además de manera
frecuente esos trabajadores deben formarse, por lo que se generan otros puestos
de trabajo inducidos.
En el análisis por comunidades se comprueba que sólo seis
tienen un PIB industrial superior al 20% del total de su economía. En el caso
de Catalunya, “la evolución en lo últimos años muestra una trayectoria con una
tendencia similar a la experimentada por la economía nacional, si bien por su
trayectoria histórica destaca un crecimiento normalmente superior,
especialmente entre el 2014 y el 2016”, según el barómetro publicado ayer. Del
total de la producción, el 86,49% se desarrolla en la industria manufacturera.
Y en esta industria, el peso de las actividades de alimentación es el más
potente (20,8% del total), seguida de la industria de fabricación de
maquinaria: 14,75%.
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