Desde la primera reforma laboral socialista de 2010 tras
desatarse ferozmente la llamada "crisis", pasando
por la siguiente "vuelta de tuerca" con la ya tristemente famosa
reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy en 2012 y actualmente en vigor, hasta la presente subida del salario mínimo
interprofesional (SMI) con el actual Gobierno (que ya está provocando nuevos
despidos en las empresas con la excusa de no poder asumir dichos incrementos),
la clase media de este país, el grueso de la clase obrera y trabajadora, la que
ha soportado con mayor crudeza el embate de todas las crisis, de todas las
reformas laborales, de jubilación y de pensiones se está viendo empobrecida y
reconvertida en clase media baja.
No han dejado de bajar sus ingresos
económicos mientras todos los productos y servicios siguen subiendo. Llegan al
punto de empobrecerse de manera endémica. Mientras, las clases dirigentes, la
élites económico financieras, la clase bancaria, los grandes empresarios, los
altos directivos políticos, las eléctricas, las empresas del Ibex 35, etc. no
han dejado de subir sus dividendos obteniendo pingües beneficios.
El ejemplo que voy a desglosar de todo este proceso de
empobrecimiento está sacado de la realidad cotidiana de miles de individuos y
familias de toda España.
En 2007, siendo trabajador fijo de una empresa con sede
social en Norteamérica, y miles de filiales por toda Europa, la empresa decide
plantear un despido colectivo estructural, conocido como ERE (término que
parece restarle importancia a sus terribles consecuencia para el empleo digno).
Con la excusa de pérdidas en las ganancias previstas, promovió un despido
general que nada más en España afecto a más de 300 trabajadores fijos y a sus
respectivas familias.
Como en realidad la empresa no dejó de tener trabajo,
encargó, a través de Empresas de Trabajo Temporal (ETT), nuevas contrataciones,
contando en muchos casos con los mismos trabajadores a los que había despedido
previamente con el ERE, pero reduciendo sus derechos laborales como antigüedad,
facilidad en el despido y, lo más lamentable de todo, bajándoles el sueldo
considerablemente.
Así, desde 2007 a 2017 se sucedieron una serie de contratos
de trabajo por obra y servicio, y últimamente solamente temporales que
propician una mayor precariedad, incertidumbre y desasosiego y que, gracias a
las reformas laborales de 2010 y 2012 y su posterior desarrollo, han permitido
contratos de solo una semana de duración, que no acumulan antigüedad, que son
de una cotización bajísima a la Seguridad Social, donde día que faltas al
trabajo se te descuenta entero, donde las vacaciones van incluidas en el sueldo
del mes para incrementarlo un poco, pasando de incertidumbre en incertidumbre,
saliendo y entrando del paro, donde con cada contrato se ve reducido el salario
hasta bajar ostensiblemente de los mil euros. Y, finalmente ya en 2019, con la
entrada en vigor de la subida del salario mínimo interprofesional a 900 euros,
la empresa le dice que no puede "soportar" dichos incrementos en toda
la plantilla y lo despide con fecha uno de enero con cincuenta y dos años.
Y, ¿cómo hemos llegado a esta situación, a este estado en el
que se encuentra buena parte del país, de precariedad, de incertidumbre, de
pobreza?
Corresponde plantearse la pregunta que lanza la periodista
en la escena final de la reciente película española El Reino. ¿Acaso no habían
pensado ustedes, señores de la política, del mundo de las finanzas, del mundo
de las grandes empresas que esta situación no se puede sostener así
indefinidamente? ¿Acaso no han pensado en el daño que están haciendo a esta
clase media, a la clase trabajadora, que es la que sostiene con sus impuestos
nuestro sistema social, la que soporta la mayor parte de los envites feroces de
la crisis económica?
¿Acaso piensan que manteniéndonos "entretenidos"
con este show mediático que tienen montado en este país, con sus programas de
televisión de entretenimiento, sus fake news (noticias falsas que circulan por
la redes como Facebook, Twitter, Whatsapp), con sus soflamas y arengas
políticas que propician el enfrentamiento entre la clase trabajadora, pobres de
derecha contra pobres de izquierda, de la clase media, no terminará despertando
y se rebelará?
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