En Catalunya cada cuatro días moría una persona en el
trabajo durante el 2018; 82 muertos en total, 60 en el mismo puesto de empleo y
22 en de camino o de vuelta al mismo. Y en los dos primeros meses del 2019,
últimos datos disponibles, cabe sumar siete muertos más. Este es el balance que
ha puesto sobre la mesa este lunes el sindicato UGT con su informe
"Siniestralitat laboral a Catalunya 2017-2018", en el que ha
destacado un repunte en el sector de la construcción, vinculado a su progresiva
recuperación una década después del estallido de la crisis, y una persistente
invisibilización de las enfermedades profesionales de las mujeres en las
estadísticas.
Según recoge el informe de UGT, en base a los datos del
Observatori del Treball i Model Productiu de la Generalitat, en el 2018 hubo en
Catalunya un total de 242.083 accidentes laborales, de los cuales 127.735
fueron siniestros que no acabaron en baja y un total de 94.695 que sí. Estos
últimos han experimentado un incrmento del 3,8% respecto al año anterior y los
primeros han retrocedido ligeramente el 0,5%. Girona fue la provincia catalana
donde más aumentaron los accidentes con baja, concretamente el 6,1%.
El aumento de los siniestros no llega solo motivado por el
aumento de número de afiliados a la Seguridad Social que ha experimentado el
mercado laboral catalán en el último año. Los índices de siniestralidad también
aumentaron, aunque de manera muy reducida, tal como revelan los informes del
Observatori del Treball. "En otros países cuando sube la ocupación no
necesariamente aumenta la siniestralidad, en Catalunya y en España sí", ha
declarado la secretaria de Política Sindical, Núria Gilgado.
Gilgado ha señalado como causas del repunte a la
temporalidad, el exceso de carga de trabajo y la falta de formación de dicha
ocupación. Los datos así lo corroboran, pues los accidentes con baja entre los
trabajadores con contrato temporal suben, tanto entre los hombres (+6%), como
entre las mujeres (+6.6%), mientras bajan entre los empleados indefinidos
(-4,5% entre los hombres y -1,3% entre las mujeres).
El informe recoge un aumento considerable de los accidentes
en la construcción, el sector donde más aumenta la siniestralidad, debido al
repunte de la actividad tras la contracción vivida tras el estallido de la
crisis. En el 2018 se registraron un total de 10.414 accidentes laborales con
baja en la construcción, lo que representa un aumento del 9,6% respecto al año
anterior. De los 60 muertos que hubo en el mismo centro de trabajo, 10 fueron
en una obra.
Otro campo en el que UGT destaca el sensible aumento de la
siniestralidad es en los desplazamientos de camino o de vuelta al trabajo, lo
que en jerga se conoce como "accidente in itinere". Estos aumentaron
en el 2018 respecto al año anterior el 5,9%, sumando un total de 19.653
siniestros. Los accidentes en desplazamiento ascienden en las cuatro provincias
catalanas, aunque entre todas ellas destaca Tarragona, donde este tipo de
accidentes aumentaron el 14,4%. Gilgado ha atribuido dicho repunte de la
siniestralidad a la falta de alternativas públicas eficientes al transporte
privado y al déficit de inversión en infraestructuras y carreteras.
Otra brecha más de género
La desigualdad entre hombres y mujeres se expresa en el
mercado de trabajo mediante múltiples brechas y en materia de accidentes
laborales dicho sesgo no es una excepción. La estadística revela una
siniestralidad mucho más elevada entre hombres que entre mujeres. De los 60
muertos en el centro de trabajo (de los 22 "in itinere" no hay
desglose por género), 58 fueron hombres y dos mujeres. Y de los 94.695 siniestros
que causaron baja, 66.125 fueron hombres y 28.570 mujeres. Si bien en el
mercado de trabajo catalán hay una mayor presencia masculina que femenina, la
secretaria de Política sindical de UGT no ve en dicha diferencia la gran
desproporción estadística que muestran los datos de siniestralidad. "No
significa que las mujeres no sufran accidentes de trabajo, sino que debido a su
doble presencia, en casa y en el trabajo, muchas de las enfermedades derivadas
de su actividad profesional acaban considerandose comúnes", ha afirmado.
Desde UGT se señala a la "negligencia" en la
gestión de los diagnósticos y las bajas por incapacidad temporal que efectúan
las mútuas colaboradoras y que contribuyen a dicha
"invisibilización". Ello acarrea consecuencias, según ha inistido Gilgado,
ya que si una enfermedad profesional pasa por común no se toman las medidas
adecuadas para activar los mecanismos de prevención que pudieran evitar futuros
siniestros y dolencias. También ha aprovechado para pedir más recursos para
Inspección de Trabajo, debido a la infradotación de dicho organismo en España
comparado con el resto de países de la Unión Europea. "En España hay un
inspector de trabajo por cada 15.000 ocupados y la media europea está en un
inspector por cada 7.300 ocupados", ha afirmado
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