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martes, 14 de mayo de 2019

NORTE-SUR: SE MANTIENE LA BRECHA LABORAL EN EUROPA


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La recuperación económica que ha permitido reducir el paro en el 80% de las regiones europeas no ha acabado con la brecha entre en el norte desarrollado y un sur con altas tasas de paro. Las políticas redistributivas de la UE tampoco han conseguido cerrar esas enormes diferencias dentro de los propios países. Los datos de Eurostast muestran que en Europa se oscila desde el pleno empleo hasta tasas de paro del 35%.

En una lista de 280, Catalunya ocupa el número 39 de regiones europeas con más paro con una tasa del 11,5%. Aunque está por debajo de la media española (15,3%) hay más de 200 regiones en el continente con menor paro.

Raymond Torres, director de coyuntura y economía internacional de Funcas, destaca que “persisten las diferencias en el continente pero también dentro de los países”.

Pedro Aznar, profesor de economía de Esade, relata que en esos casos de España y de Italia, las altas tasas de paro son la consecuencia de las desigualdades en el PIB per capita de las diferentes regiones. En España, el PIB per capital lo lideran Madrid, las comunidades forales y Catalunya que son donde el desempleo es menor. “Una explicación es por las diferentes tipos de actividad económicas”, añade Sanz ya que son las regiones que tienen un perfil más industrial y tecnológico.

Las secretaria de políticas sociales, empleo y seguridad social de UGT, Mari Carmen Barrera, reflexiona que “el reparto coincide con las fases de desarrollo: las regiones del norte han estado más desarrolladas en la industria en los últimos años mientras las zonas del sur tienen una historia relacionada con los servicios de bajo valor añadido. El patrón de españa se repite en otros países como Italia”.

Raymond Torres añade que “es muy difícil salir de ese círculo y no existen las recetas mágicas”. Una opción es “fomentar la movilidad de población de unas regiones a otras en las que el paro sea más elevado”. Aunque a juicio del economista la opción más atractiva sería la de “mover el capital” hacia las zonas con paro. “Atraer la inversión a las zonas más pobres sería la mejor opción pero no es fácil”, insiste el economista de Funcas.

Aznar añade que otro elemento para cambiar la tendencia es que las administraciones públicas puedan fomentar un mayor acceso a la vivienda para facilitar la movilidad y que también puedan ponerse en marcha medidas para compensar el menor PIB per cápita en la zonas menos desarrolladas.

Barrera asevera que “en España desde que comenzó la crisis las políticas activas de empleo brillan por su ausencia: como ejemplo tenemos que el millón de desempleados de la construcción a los que no se les ha hecho ninguna formación”. La sindicalista es muy crítica con la distribución de los fondo europeos pues la estadística de paro muestra que no han reequilibrado el continente.

En el caso de España, Torres destaca el papel de Galicia donde se ha conseguido reducir el desempleo hasta dejarlo en una tasa del 13%. En el caso de Catalunya, la comunidad está muy lejos en términos de empleo de las regiones más avanzadas de Europa. “Tiene un efecto país y de la crisis que ha habido en España y por el efecto de la crisis que ha sufrido la propia Catalunya”, explica Torres.

Cuando se analiza el paro juvenil (personas de entre 15 y 24 años) las diferencias son aún mayores ya que oscilan entre el 4% de Alta Baviera en Alemania y el 66% de la ciudad autónoma de Melilla.

En cuanto a los parados de largo duración. la tasa de paro supera el 70% en Grecia.

Andalucía y Extremadura repiten un año más en el top ten de las regiones europeas con mayor tasa de desempleo entre 15 y 74 años. Extremadura se sitúa en el séptimo lugar con el 23,7% y Andalucía en el noveno, con el 23%. A pesar de ser dos regiones habituales en este índice, han mejorado sus posiciones con respecto al 2017, cuando ocupaban la cuarta y sexta posición, respectivamente.

Los nuevos responsables de la Junta esperan que Andalucía pueda abandonar este año una lista que encabezó en solitario en el año 2013, y cuya posición ha ido mejorando paulatinamente. Las perspectivas son optimistas, dado que la comunidad lideró en el 2018 la caída del paro en España, con 126.200 desempleados menos, y la creación de empleo con 118.600 ocupados más, según la EPA. No se puede decir lo mismo de Extremadura, cuya recuperación es mucho más lenta.

En el punto más duro de la crisis económica, segundo trimestre del 2013, el desempleo en Andalucía alcanzó una tasa del 35,6, la región europea con peor dato. La economía se ve lastrada por la debilidad del tejido empresarial, constituido por pequeñas y medianas empresas de las que más de la mitad no tienen empleados y únicamente 493 ocupaban a más de 200 trabajadores con datos del 2017. A ello se añade una movilidad laboral muy baja, la alta protección al desempleo, sobre todo en el medio rural, que desincentiva la búsqueda y la elevada presión fiscal.

Extremadura participa de los mismos defectos de Andalucía, a los que hay que añadir su baja densidad de población, su escaso tirón turístico y una deficiente formación.

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