Todas aquellas empresas que participan de alguna manera en
el mercado inmobiliario insisten en que no puede hablarse de que el sector se
aproxime a otra burbuja como la vivida en los primeros años 2000, pese a que
cada mes que pasa se consolida la mejora de esta actividad.
Es más, los grandes
operadores de este negocio hablan de estabilización antes que de mejora
generalizada y recalcan que la bonanza “va por barrios”. No obstante, no dejan
de admitir que en algunas zonas precios, ventas y producción de casas marcan
registros que recuerdan los alcanzados antes de la crisis. Sociedad de Tasación
ha señalado los cinco indicadores claves que ayudan a detectar en cada región
de España y en cada ciudad si su mercado inmobiliario está próximo o no a vivir
otra burbuja inmobiliaria. Son los siguientes:
Hipotecas/Ventas
Esta tasadora considera saludable un mercado donde se
vendan más casas que hipotecas se firman, no como antes, cuando se contrataban
1,3 millones de préstamos hipotecarios para 900.000 casas vendidas. El año
pasado cerró con apenas 280.000 hipotecas sobre viviendas para un volumen de
compraventas que superó las 400.000. Así, cuando en alguna zona esta
correlación sea la contraria, deben saltar las alarmas porque podría significar
que la banca ha vuelto a relajar sus criterios para conceder crédito o, aún
peor, que hogares y empresas de nuevo financian con estos préstamos bienes que
poco tienen que ver con la vivienda.
PIB/Afiliación a la Seguridad Social/Precio de las casas
Desde Sociedad de Tasación recuerdan que en pleno boom el
PIB de la economía española crecía a tasas del 3%, el número de afiliados a la
Seguridad Social lo hacía a ritmos del 6% y la vivienda se revalorizaba más del
10% cada año. Sin embargo, en la actualidad las tres variables se comportan de
manera muy similar. El empleo avanza a tasas de en torno al 3% anual, en línea
con lo que hace el producto interior bruto (PIB) y los precios de las casas en
promedio. Si bien hay ciudades y barrios en concreto donde la escasez de oferta
de vivienda adecuada a lo que demanda el mercado está propiciando repuntes
puntuales de dos dígitos. En términos generales, lo deseable es, por tanto, que
los pisos se revaloricen en torno a lo que aumenta la ocupación y el PIB.
Precios Suelo/Vivienda
Los llamados suelos finalistas, aquellos listos para
edificar y que, por tanto, no dependen ya de ninguna de las fases del proceso
urbanístico, son los más preciados por los promotores. Por ello, toda compañía
que se precie necesita contar con una cartera adecuada de solares para no dejar
de construir vivienda allí donde la demanda de casas a estrenar es más fuerte.
La mayoría de promotores consultados reconoce tener un nivel de reserva de
terrenos adecuado a su actividad de cara a este año y el que viene, pero advierten
que a medio plazo es preocupante la situación en las zonas con más actividad:
Madrid, Cataluña, País Vasco, Baleares o la Costa del Sol, entre otras.
Las empresas se quejan de que algunos ayuntamientos están
paralizando de forma preocupante la concesión de licencias, lo que ralentiza la
promoción y puede dar lugar a compras especulativas de terrenos por parte de
algunas promotoras que quieran asegurarse una cartera de suelo suficiente para
el futuro.
Tipos hipotecarios/Precio oficial del dinero
El cuarto indicador que da idea de si el mercado está o no
a punto de registrar una nueva burbuja es la relación entre el precio oficial
del dinero y los tipos hipotecarios que cobra la banca. En el anterior boom, el
precio de las hipotecas se mantuvo demasiado tiempo alarmantemente bajo, lo que
propició los excesos de crédito que tan perniciosas consecuencias generaron.
Ahora, aunque también bajos, los tipos hipotecarios en mínimos no se mantendrán
mucho más tiempo. El consenso del sector apuesta por su inminente
encarecimiento debido a las cláusulas suelo y a la reforma hipotecaria en
ciernes.
Alquiler
La crisis ha motivado un auge del alquiler que ha cogido al
mercado español, muy arraigado a la propiedad, sin la oferta suficiente para
absorber a todos los potenciales inquilinos. Eso explica que las rentas en
algunas zonas de las grandes urbes suban significativamente y comprar para
alquilar se haya convertido en una de las inversiones más rentables en estos
momentos. Por eso, mantener alquileres muy caros es otro factor de riesgo
porque su carestía se trasladará al precio de los solares y de éstos a las
viviendas, contraviniendo la deseable contención de precios.
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