La crisis financiera ha reducido a la mínima expresión la
inversión pública, que ha caído un 58% desde 2009 en nuestro país. En 2016 su
peso en el PIB se sitúa en el 2%, el menor valor desde finales del siglo XX.
El esfuerzo en la reducción del déficit público que ha
tenido lugar en España en los últimos años ha impactado directamente en la
inversión estatal. Y es que el déficit público español ha caído desde el 10,96%
de 2009, hasta cerrar 2016 en el 4,33%. Con ello, el Gobierno cumplió con
holgura el objetivo de Bruselas, del 4,6%.
La evolución del gasto de las Administraciones Públicas, el
destinado a la formación bruta de capital fijo (inversión), ha sido dispar en
los últimos años. Cayó con intensidad de 2010 a 2014, con tasas de crecimiento
negativas que llegaron al 21% en 2011 y al 31% en 2012.
Sin embargo, en 2015 aumentó un 11,6%; pero en 2016 volvió
a descender un 14,3%. Así se desprende de un Estudio elaborado por Fundación
BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
En concreto, la inversión pública ha sufrido un fuerte
recorte en estos últimos años de crisis, hasta alcanzar los 23.432 millones de
euros (constantes de 2010), una cifra que es un un 58% inferior a la de 2009.
En mínimos
El nivel actual representa el 2,02% del PIB, el menor peso
desde finales del siglo XX. Además, dado que la caída de la inversión pública
ha sido mayor que la del gasto público total, la relación entre ambos
(inversión sobre gasto) también alcanzó en 2016 la cota más baja del periodo
(4,8%).
La cifra supone menos de la mitad del peso que tenía antes
de que comenzara la crisis económica (12% en 2007).
Navarra, País Vasco y Murcia, las más perjudicadas
La caída de la inversión pública que ha tenido lugar a
nivel nacional desde 2009 ha sido un denominador común en todas las regiones
españolas. No obstante, destaca la reducción de tres comunidades autónomas,
cuya caída de la inversión pública supera el 65%.
De 2009 a 2014 (último año disponible de los datos
desglosados por comunidades autónomas), la caída acumulada oscila entre un
valor máximo del 74% en Navarra y un mínimo del 43% en La Rioja.
Junto con Navarra, destaca la reducción que ha tenido lugar
en el País Vasco y Murcia (con caídas por encima del 65%, lo que supone una
tasa de reducción anual que supera el 20%).
En el lado contrario, La Rioja, Cantabria y Canarias son
las comunidades que menos han padecido el desplome de la inversión estatal,
aunque las caídas superan el 40% entre 2009 y 2014.
Stock disponible
La reducción de la inversión pública ha sido generalizada
en todas las comunidades autónomas, pero, en algunas regiones, la caída ha sido
tan intensa que la inversión realizada ha sido inferior a la necesaria para
hacer frente al deterioro del capital público, de forma que se ha reducido el
stock disponible.
Así, entre 2009 y 2013 (último año disponible) la tasa de
crecimiento del stock de capital público es negativa en nueve comunidades
autónomas, por lo que la inversión realizada es inferior a la amortización del
capital y el stock del que se dispone en la actualidad está por debajo del de
2009.
Destacan las caídas de la Comunidad Valenciana y Canarias,
con una tasa de crecimiento anual negativa del 0,5%.
Las regiones menos afectadas
Los distintos ritmos de crecimiento de la inversión pública
entre regiones explican en parte las diferencias en las tasas de crecimiento
del stock de capital público. Madrid es con diferencia la comunidad autónoma en
la que menos ha incidido la crisis sobre el stock de capital público, ya que de
media ha crecido un 2% al año de 2009 a 2013.
La segunda región en la que más ha crecido el capital
público a pesar de la crisis es País Vasco (un 0,9% al año en el mismo
periodo).
Las mayores desigualdades entre regiones
El impacto de la crisis en la inversión pública ha
aumentado las desigualdades entre las distintas regiones españolas. Tanto en
términos de dotaciones por habitante como por ocupado o en relación al PIB, las
desigualdades en 2013 son superiores a las que existían a principios del siglo
XXI: un 39% mayores en relación a la población, un 36% por ocupado y un 9% en
relación al PIB.
En 2013, el stock de capital público per cápita de las
regiones mejor dotadas (Castilla y León y Aragón) duplica el de las menos
dotadas (Baleares y Comunitat Valenciana)
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