España se ha convertido en una referencia dentro de la
eurozona en el ritmo de salida de la crisis. Uno de los factores principales ha
sido el crecimiento de la inversión empresarial, que después de hundirse
durante la crisis (en especial en el sector de la construcción), se ha
convertido en un motor en los últimos tres años. Axesor destaca que una de las
claves del incremento de la inversión empresarial en España es la buena
relación entre costes laborales y productividad que ofrece el país.
"España se ha convertido desde hace unos años en una
economía ultracompetitiva, con unos costes laborales por hora trabajada de
aproximadamente 21 euros (frente a los 28 euros en la zona euro), mientras que
los diferenciales de productividad por hora trabajada son exiguos", señala
Axesor en su informe La demanda de inversión en las economías desarrolladas.
Esto significa que el salario por hora es un 25% menor que el de la media de la
eurozona, lo que hace que producir en el país resulte muy atractivo para las
empresas.
Sin embargo, no es el único factor que atrae la inversión,
tanto nacional como internacional. Axesor remarca la importancia de la
financiación como uno de los factores clave de la recuperación de la confianza.
Como recoge la agencia, este factor responde, "en gran parte a la
intervención del BCE, de manera que las empresas se pueden aprovechar de las
oportunidades de inversión encontradas".
Todo esto se completa con un escenario de crecimiento del
empleo que impulsa el avance de las rentas salariales (porque hay más
trabajadores, no porque cada empleado cobre más), lo que estimula la demanda
interna y, por tanto, la demanda de inversión.
FALTA INNOVACIÓN
El análisis de Axesor advierte que el crecimiento de la
productividad (no la competitividad) en España durante las últimas décadas ha
sido casi inexistente. Para la agencia, esta situación está está íntimamente
relacionada con la falta de innovación.
En este sentido, recalca que las políticas que favorecen el
crecimiento a largo plazo son aquellas que contribuyen a la acumulación de
conocimiento tecnológico, mediante la inversión en I+D, y de formación y
capacitación de los trabajadores, mediante sistemas educativos y de formación
ocupacional eficaces, si bien "la economía española no destaca en ninguno
de estos ámbitos".
España destinó 13.172 millones de euros a I+D en 2015, lo
que supone un incremento del 2,7% respecto al año anterior, pero si se compra
la inversión destinada a este capital intangible sobre el PIB del país, el peso
relativo es del 1,2%, lo que sitúa a España como uno de los países europeos que
menos dinero destina a este fin.
DÉFICIT CRÓNICO DE PRODUCCIÓN Y ENVEJECIMIENTO
El estudio señala que los países desarrollados podrían estar
viviendo un "déficit crónico de producción". La baja inflación
observada durante la crisis y posterior recuperación podría indicar que la
falta de demanda ha tenido una mayor influencia en el bajo nivel de producción
y crecimiento económico que el que haya podido tener el también reducido aumento
de la productividad.
Por otra parte, avisa de que los efectos del envejecimiento
de la población sobre las variables económicas son "muy poderosos".
"Un menor crecimiento de la población en edad de trabajar se traduce en un
menor crecimiento potencial del empleo, una vez que se reduzca la tasa de paro
a su nivel de equilibrio, y un menor crecimiento potencial del empleo supone
también un menor crecimiento potencial del PIB", apunta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario