La semana laboral de cuatro días es una realidad en Nueva
Zelanda. Después de un periodo de prueba y del visto bueno de los juristas, que
han confirmado que esta medida cumple con la legislación laboral del país, la
compañía Perpetual Guardian, con unos 250 empleados, ha implantado esta
novedosa iniciativa, a la que se podrán acoger voluntariamente los empleados.
Los trabajadores de esta compañía con más de 135 años de
experiencia en la gestión de fondos y patrimonio pueden adaptarse al nuevo
calendario o seguir trabajando cinco días. En cualquier caso, el sueldo será el
mismo. Así, Perpetual Guardian oficializa la opción de trabajar 32 horas
semanales y pagar por 40. Eso sí, los empleados que escojan seguir trabajando
de lunes a viernes serán compensados con una mayor flexibilidad horaria. En
otras palabras, podrán entrar o salir
antes para evitar los clásicos atascos o simplemente para conciliar mejor su
vida personal con sus compromisos laborales.
La compañía dirigida por Andrew Barnes busca con esta medida
mejorar la calidad de vida de sus empleados, algo que beneficia también a la
propia empresa pues este tipo de medidas van relacionadas con un mayor
compromiso con los objetivos de la empresa y, sobre todo, con un aumento de la
productividad. "Una buena actitud es un requisito imprescindible para que
todo funcione. Todo el mundo tiene que comprometerse y tomarse su trabajo en
serio para crear un modelo viable a largo plazo para nuestro negocio",
explicó Barnes a ‘The Guardian’, quien está convencido de que esta
reorganización interna beneficiará también a los clientes.
Y no son meras especulaciones o teorías. Perpetual Guardian
ya probó esta jornada laboral de cuatro días y los resultados fueron “un éxito
absoluto”, según recoge el diario británico. La prueba-piloto tuvo lugar
durante los meses de marzo y abril y las cifras, supervisadas por
investigadores externos, son concluyentes.
Movimiento global
El 78% de los empleados que optaron por reducir a cuatro sus
días laborables sintieron una mayor conciliación entre su vida laboral y
personal (solo un 54% de la plantilla pensaba tan positivamente en noviembre
del pasado año). En líneas generales, el nivel de estrés bajó un 7% mientras el
grado de satisfacción aumentó en cinco puntos porcentuales.
Barnes asegura que la producción creció un 20% y que los
costes disminuyeron. El director de la compañía explica, por ejemplo, que el
tiempo que los trabajadores pasan en internet disminuyó un 35%. “Estamos
intentando permitir que la gente sea lo mejor que pueda ser en la oficina y
fuera de ella. Es la solución natural”, destacó el máximo responsable de
Perpetual Guardian en una entrevista en el programa de televisión 'The AM Show'
realizada el pasado febrero. Su iniciativa podría replicarse en otras empresas,
otros países. Su compañía encabeza la campaña '4dayweek' en internet, cuyo
principal objetivo es fomentar una conversación a nivel global sobre la
productividad en las empresas. “Simplemente probemos. ¿Qué es lo peor que puede
pasar?, añadió.
La semana laboral de cuatro días también tiene sus
inconvenientes, según algunos expertos. Helen Delaney, catedrática de la Escuela
de Negocios de la Universidad de Auckland, afirma que este tipo de iniciativas
pueden conllevar un aumento de los niveles de presión pues los empleados tienen
las mismas tareas y objetivos pero deben realizarlas y conseguirlos en menos
tiempo.
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