La mala calidad del empleo que se está creando a la vera del
crecimiento económico pesa especialmente sobre las espaldas de los trabajadores
migrantes. Así se deriva de los datos presentados este miércoles de la memoria
del 2018 del Centre d’Informacions per a Treballadors Estrangers (CITE), órgano
vinculado a CCOO. Crece la irregularidad, tanto en lo que refiere a la
residencia, como especialmente al trabajo, y el número de mujeres recién
llegadas aumenta, principalmente provenientes tanto de Venezuela como de países
centroamericanos.
El directo del CITE, Carles Bertran, insiste que los datos
de la memoria, que el finado 2018 registró un total de 11.381 usuarios, con una
media de 2,3 visitas por persona, no son 100% representativos, pero que pueden
servir para trazar tendencias generales. El informe constata que en el 2018 se
produjo un "importante" incremento, de casi 4,7 puntos, de las
personas en situación administrativa irregular y que estas ya representa al
59,3% de las personas atendidas en las oficinas del CITE.
Esa tendencia se extiende y está vinculada al aumento del
trabajo irregular, que en el 2018 afectó al 61,5% de los usuarios. Y ese
incremento no es un pico aislado, ya que en los últimos cuatro años dicha
irregularidad ha aumentado en 20 puntos. Si la llegada de nuevos migrantes se
mantiene, "a medio plazo podemos detectar un aumento de la irregularidad
entre la población extranjera", ha afirmado el directo del CITE.
El sindicato atribuye esa tendencia creciente a las
dificultades de muchas personas de renovar sus autorizaciones debido a la
destrucción de empleo posterior al estallido de la crisis, especialmente entre
los hombres, ya que muchos de ellos estaban empleados en actividades relacionadas
con la construcción. Otro elemento que ha destacado Bertran es la incipiente
llegada de personas del extranjero, tanto atraídas por el contexto de
crecimiento económico de los últimos años como al estallido de conflictos y
situaciones de crisis en diferentes países.
En este sentido, Marruecos, en tanto que primer país de
origen en número de migrantes en España, sigue siendo la principal comunidad
que se dirige a las oficinas del CITE en busca de asesoramiento, representando
el 14,5% del total de las visitas. No obstante, las comunidades provenientes de
Venezuela y Centroamérica, como Honduras, El Salvador o Nicaragua, han
aumentado considerablemente respecto a años anteriores. Si los venezolanos
representaban en el 2014 el 2,6% de las personas atendidas por el CITE, en el
2017 la cifra ascendía al 6,5% y el 2018 cerró siendo el 8,1%.
El secretario de acción social de CCOO en Catalunya, Toni
Mora, ha señalado a la baja calidad del empleo generado en la última década
como principal responsable del aumento del trabajo 'en negro'. El crecimiento
de la temporalidad y la parcialidad son especialmente lesivos para los
migrantes, ya que les dificulta poder acreditar el arraigo laboral que les
permite obtener el permiso de residencia, según ha apuntado el dirigente
sindical.
Esa irregularidad provoca, entre otros, una clara
infraocupación de las personas migrantes. Es decir, el informe constata que la
mayoría de ellos tienen estudios medios o superiores, pero que las profesiones
más frecuentes consisten en tareas no cualificadas, donde desaprovechan ese
capital social que traen consigo desde sus países de origen.
Y, a su vez, el trabajo irregular no afecta igual a hombres
que a mujeres. Este es mayoritario entre ellas, no así entre los hombres,
debido al peso de los trabajos del hogar, "básicamente internas",
según ha matizado el director del CITE
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