De los países europeos, Holanda y Reino Unido son los más
activos. El mayor volumen de fusiones y adquisiciones se produce entre
compañías nacionales.
El año pasado Italia se alzó con el trofeo. La opa de
Atlantia sobre Abertis rompió varios récords de inversión europea en España,
pero en 2019 la situación está más repartida. Las empresas de Holanda y de
Reino Unido son las que más dinero de más allá de los Pirineos han puesto sobre
la mesa en lo que va de ejercicio para comprar empresas españolas, pero sus
cifras están a años luz del verdadero revulsivo de la actividad de fusiones y
adquisiciones en el país: las operaciones entre compañías nacionales.
Así lo refleja el informe sobre la actividad corporativa de
los nueve primeros meses del año realizado por la Asociación para los Mercados
Financieros de Europa (AFME), la organización que agrupa a la práctica
totalidad de los bancos que operan en los mercados mayoristas y en la que se
encuentran Santander y BBVA, entre otros. Utilizando datos de Dealogic, la
organización ha hecho un mapa de las adquisiciones cruzadas entre los países
europeos y la principal conclusión es que a las empresas les gusta comprar
compañías que tienen su misma nacionalidad.
Esa cifra, sin embargo, tiene algunos matices. La opa
lanzada por KKR sobre Telepizza se hizo con un vehículo ex profeso que fue
registrado en España.
Lo mismo sucedió con la oferta de compra del fondo sueco
EQT sobre Parques Reunidos. No son los únicos ejemplos que contribuyen a sesgar
las cifras extranjeras a la baja y a elevar las nacionales. El segundo
condicionante es que los datos solo tienen en cuenta las operaciones dentro de
Europa. El dinero que viene de Estados Unidos o de Canadá no se computa en la
fórmula.
Eso significa que una de las principales transacciones del
año queda fuera del cálculo. La compra del 37% de Cepsa por parte de Carlyle y
el desembolso de unos 2.900 millones de euros por el capital (sin contar la
deuda) tiene origen estadounidense.
Con esas excepciones, las empresas holandesas (o con
domicilio fiscal en Holanda) han ocupado este año el segundo puesto en interés
por las empresas españolas (solo tras las nacionales), con un desembolso
superior a los 3.000 millones de euros, según datos de la AFME. A la cabeza de
la lista está la compra de la mayoría del capital de Itínere por parte de
Corsair y el fondo holandés APG, una operación valorada en 723 millones y
anunciada el año pasado, pero que se ha consumado en el actual.
Ese mismo fondo se unió a la aseguradora canadiense WSIB
para hacerse con el 10% de CLH por 500 millones de euros, mientras que el
comprador de la óptica de El Corte Inglés, GrandVision, también tiene su sede
en los Países Bajos.
A cierta distancia están los compradores británicos, con más
de 2.100 millones a sus espaldas y operaciones como la opa de DS Smith sobre
Europac o las adquisiciones de la Universidad Europea de Madrid y la Alfonso X
por parte de Permira y CVC sumando en el cómputo del volumen.
Al margen de los números milmillonarios, hay bastantes
compañías de otros países europeos que también han sacado el talonario para
comprar en España. De Italia, por ejemplo, han llegado 450 millones en lo que
va de año, mientras que Suecia ha desembolsado casi 300 millones y más de 200
millones han procedido de Suiza. Francia y Alemania son los últimos países de
la lista de contribuidores, aunque el territorio germano con una cifra casi testimonial.
Pero las compañías españolas no solo son adquiridas: también
ellas compran en el exterior. Y en los nueve primeros meses de 2019 más de
2.300 millones de euros se destinaron a hacerse con empresas europeas. Los
países preferidos para salir de compras han sido Bélgica, Reino Unido, Francia,
Holanda e Irlanda, por ese orden.
Las cifras de 2019, sin embargo, se han producido en un
contexto muy determinado: muestran los efectos que el miedo al proteccionismo y
a la desaceleración económica han provocado en el M&A español y europeo. El
volumen de operaciones se ha desplomado un 55,5% en España, según los datos de
Bloomberg, que tienen en cuenta todas las transacciones, no solo las que
proceden del Viejo Continente. En Alemania la caída ha sido del 36%, mientras
que Reino Unido sufre un retroceso del 34% y en Italia el porcentaje roza el
33%
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