La industria alimentaria española se consolida como la gran
locomotora de nuestra economía. De acuerdo con las estimaciones de la
Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab) el año
pasado se batieron todos los récords, en términos de facturación, exportación, superávit
comercial y empleo. Si en 2016 la cifra de negocios creció un 1,8%, hasta
96.400 millones de euros, la previsión apunta que en 2017 se ha vuelto a crecer
en un porcentaje muy similar, en torno al 2%. Con ello, el negocio superaría ya
los 98.300 millones de euros.
El crecimiento proviene del buen comportamiento del consumo
interno, pero sobre todo de las exportaciones, que están aumentando a doble
dígito y que están ganando cada vez un mayor peso. Después de que en 2016 las
ventas al exterior aumentaron ya un 8%, hasta 27.500 millones de euros y el superávit
comercial se elevara a 7.250 millones, un 21% más, el año pasado la tendencia
se ha consolidado. "Las exportaciones volvieron a crecer en torno a ese
nivel, de entre el 8 y el 10%", dice García de Quevedo.
Es un crecimiento que se reparte, además, entre todos los
sectores, que están evolucionando de forma positiva y contribuyendo de una
forma sostenida al conjunto. "No son sólo los tradicionales, como el vino,
el aceite de oliva o las carnes, todos están contribuyendo y haciendo un gran
esfuerzo para incrementar las exportaciones", dice el director general de
Fiab. Es lo que está ocurriendo así, por ejemplo, con los productos del dulce,
las oleaginosas o las conservas vegetales.
Francia se ha consolidado como nuestro principal mercado en
el exterior -el valor de las exportaciones supera ya los 4.360 millones de
euros-; seguida de Italia, Portugal, Reino Unido y Alemania. Fuera de la Unión
Europea, que representa aún el 70% de todas las ventas tras nuestras fronteras,
también destaca de forma muy especial Estados Unidos, el quinto mercado, por
encima de China.
Aunque en nuestros mercados
tradicionales, en Europa, estamos creciendo al mismo ritmo, estamos ganando cada
vez más terreno en otros, como en los países del sudeste asiático, donde las
exportaciones españolas de alimentación y bebidas están creciendo a un ritmo
del 20% anual, México o Canadá, con crecimientos por encima también del 20% o
Filipinas o Marruecos, con aumentos del 45%.
Pero si hay un dato, al margen de la facturación y las
exportaciones, que destacan especialmente respecto a la evolución del mercado
el año pasado en la patronal alimentaria, ése es el del empleo. "El sector
creó el año pasado 18.000 nuevos puestos de trabajo y encadena así cuatro años
consecutivos de creación de empleo, desde 2014", dice García de Quevedo,
quien calcula que desde hace cuatro años esta industria ha generado cerca de
60.000 nuevos puestos de trabajo. Actualmente, la afiliación en este sector
crece de forma ininterrumpida y la industria da así trabajo actualmente a cerca
de 500.000 trabajadores. Fiab destaca, especialmente, que el 37% del empleo es
femenino, lo que supone 12 puntos por encima de la media del conjunto de la
industria manufacturera. García de Quevedo insiste, ante estos datos, que
"el sector de la alimentación y bebidas es anticíclico y por eso
reclamamos siempre ese carácter estratégico a las Administraciones".
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