¿Deberían usarse los impuestos para corregir problemas
graves de nuestra sociedad? En concreto, en lo referente a la alimentación,
tema que preocupa cada vez más a los gobiernos... ¿cómo se debería enfocar el
tema? ¿Sería mejor penalizar los alimentos menos recomendables o por el
contrario convendría abaratar los saludables y necesarios para nuestro
organismo?
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) han pedido
en numerosas ocasiones a los gobiernos que aumenten los impuestos a las bebidas
azucaradas para que el precio final se encarezca un 20% y se reduzca así el
consumo de estos productos, a los que responsabiliza de las alarmantes cifras
de diabetes, caries y obesidad que sufrimos hoy en día.
Son muchos los países que han puesto en marcha este tipo de
gravamen especial al azúcar. México, Portugal, Finlandia, y algunas regiones de
Estados Unidos son buen ejemplo de ello. Otros como Reino Unido están
tramitando dicha penalización que pretenden implantar de aquí a un año.
Sea como sea, esta tasa especial se debate en medio mundo.
España aún no se ha decidido a incorporarla a nivel estatal aunque cosa aparte
es el caso de Cataluña, que saliéndose de la norma general aprobó recientemente
su propio impuesto contra las bebidas azucaradas. Otras regiones como Canarias
también estudian esta opción.
¿Y si bajamos los impuestos a productos saludables?
Dando por hecho que el IVA de los alimentos se basa en una
política de salud pública y no en un simple medio recaudatorio más, la
Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se plantea si no será mejor
reducir los impuestos de los buenos alimentos.
Si tanto el Ministerio de Sanidad, como el de Agricultura y
otros organismos oficiales españoles, recomiendan que nuestra dieta se base en
alimentos frescos donde predominen los productos de origen vegetal, los
cereales integrales, el pescado y que la bebida diaria habitual sea el agua,
entonces la OCU se pregunta... ¿por qué el pescado fresco, el pan integral y el
agua del grifo tienen un IVA del 10%, en vez del 4%, como otros alimentos como
el pan, la leche, los huevos o las frutas y verduras?
Esta Organización cree que para cambiar los hábitos de
consumo de la población y favorecer una dieta sana, la solución no pasa por
subir el IVA de determinados productos que la Administración no considera
saludables, sino bajar el de aquellos que en realidad sí lo son. Desde la OCU
no creen que este impuesto disuasorio al azúcar sea ninguna solución ya que
lejos de fomentar una alimentación alternativa más sana, sería simplemente una
mera medida recaudatoria.
Por eso y para fomentar realmente el consumo de productos
saludables, piden que se baje el IVA productos como el pan integral (que
debería tener el mismo que el pan normal, solicitud que ya ha hecho la OCU con
anterioridad), el pescado fresco (cuyo consumo está recomendado varias veces
por semana) o el agua del grifo. Pensamiento que comparten asociaciones como
VSF Justicia Alimentaria Global que proponen un IVA del 0% a frutas, verduras y
demás alimentos básicos para "atacar el problema en toda su complejidad y
transversalidad".
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