La Semana Santa, que este año ha caído en abril, empujó
tres décimas el Índice de Precios de Consumo (IPC) debido al encarecimiento de
los paquetes turísticos y de los alojamientos. El indicador de la inflación,
medido por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se eleva de este modo al
2,6% en abril y acumula ya ocho tasas en positivo después de dos años de caída
de precios.
En términos mensuales, el IPC se incrementó un 1%, por
encima de las subidas experimentadas en abriles anteriores. El año pasado,
cuando los días de Semana Santa se repartieron con marzo, los precios subieron
menos, un 0,7%; de ahí esas tres décimas de alza en el IPC interanual que
suponen que la cesta de la compra, ahora, es un 2,6% más cara que hace un año.
"Continuamos perdiendo poder adquisitivo en una situación de
recuperación económica como la que vive nuestro país", asegura Gonzalo
Pino, secretario de acción sindical de UGT, que recuerda que la previsión de
inflación para este año por parte del Gobierno es del 1,5% mientras que la
subida de las pensiones ha sido de solo el 0,25% y la de las nóminas de los
funcionarios, del 1%.
Sin incluir los precios de la energía y
de los alimentos no elaborados —muy volubles por su condición estacional o su
ligazón con el petróleo—, damos con la 'inflación subyacente' y esta
sube algo menos, un 1,2%, lejos de la tasa del 2% que persigue
el Banco Central Europeo para abandonar los programas de estímulos monetarios.
Los productos vinculados al turismo
acogen parte de culpa de este aumento de precios. El grupo de ocio y cultura —que incluye los paquetes
turísticos— se ha revalorizado un 3,4% en el último año (tres puntos más que en
marzo) y el de hoteles, cafés y restaurantes ha
crecido un 2% (ocho décimas más).
También el grupo de productos vinculados
a la vivienda experimenta un acusado repunte del 5,4%
(más de un punto respecto a marzo), debido a que los precios de la electricidad
y del gas bajaron en abril del año pasado, mientras que en abril de este año
los primeros se mantiene y los segundos, se han encarecido. El transporte, por otro lado, tiró de los precios hacia
abajo (tres décimas menos, hasta el 6,2%).
El vestido y el calzado experimentaron
un ascenso significativo en abril (11,7%) debido al fin de la campaña de
rebajas, pero su influencia en el IPC interanual no es tan alta porque no varía
demasiado al comparase con abril del año pasado.
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