Una de las grandes preocupaciones de nuestro tiempo es cómo
frenar el cambio climático sin renunciar a los altos estándares de calidad de
vida que disfruta la sociedad actual. Empresas, administraciones públicas y
ciudadanos intentan cada día avanzar hacia la creación de un modelo económico
más respetuoso con el entorno. En el centro del torbellino de iniciativas,
ideas y regulaciones por salvar el planeta, la figura del consumidor se ha
erigido como protagonista indiscutible. En los últimos años, el usuario de a
pie ha ganado en influencia, es más exigente con las compañías, coherente en su
forma de vida y comprometido con el medio ambiente.
Julie Urban, responsable de RSC de Seur, lo tiene claro.
Desde su punto de vista, los clientes están cada vez más concienciados:
"Valoran muy positivamente la huella de carbono neutra y el 'packaging'
sostenible". Ella fue la encargada de abrir el debate en la mesa redonda
que organizó El Confidencial en colaboración con Seur y en la que también
participaron Marisa Selfa, CEO de Ecoalf; Mauricio Domínguez-Adame, director de
RSC de Heineken; Ignacio García Sanabria, Business Transformation Director de
Room Mate Hotels; Borja Lafuente, director de Sostenibilidad de Danone Iberia;
y Arturo García, director de Sostenibilidad de IKEA en España.
A pesar de que las entidades representadas en la tertulia
tienen procedencias muy dispares, todos sus portavoces coincidieron en señalar
la profunda transformación que se viene produciendo en la última década en
concienciación medioambiental. Ignacio García Sanabria explicó que “hoy los
clientes eligen a una empresa porque comparten sus valores, hasta el punto de
que se puede hablar casi de fans y no tanto de consumidores”. Para el
representante de la cadena hotelera, “las nuevas compañías ya nacen con esta
filosofía, mientras que las tradicionales aún deben realizar la transición”.
En este sentido, Arturo García destacó que “es
incuestionable que el usuario actual quiere vivir de una forma más sostenible.
Existen estudios que confirman que se trata de una amplia mayoría cercana al
80%. Sin embargo, tan solo el 25% de los consumidores sabe realmente cómo debe
hacerlo”. El papel de las organizaciones y su responsabilidad de cara al futuro
del planeta se antoja fundamental en este punto de la ecuación. Para Borja
Lafuente, “pese a que su funcionamiento no es perfecto, deben tener el sólido
propósito de avanzar para generar cambios en el sistema y en el modelo de
producción, y así poder dar al ciudadano lo que está demandando”. El
representante de Danone puso como ejemplo la Certificación B Corp que ostenta
su empresa y sirve para garantizar un equilibrio entre los propósitos sociales
y los beneficios económicos de la entidad.
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