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miércoles, 13 de enero de 2016

INFLACION 0% - ¿QUE CONSECUENCIAS CONLLEVA?

El instituto nacional de estadística de Grecia ha publicado que los precios han subido un 0,4% en diciembre después de 33 meses seguidos a la baja. Un dato que parece positivo pero que quizá tenga más de espejismo que de realidad, ya que los expertos creen que Europa podría vivir un largo periodo de 'inflación comatosa', un estancamiento de los precios que puede tener algunos aspectos positivos para la economía pero también otros muchos negativos.

 
Los analistas de Bankinter explican en un extenso documento de previsiones para 2016 que, más allá que la caída de las materias primas y de un crecimiento modesto por los elevados niveles de desempleo, "la ausencia de reformas estructurales de gran calado provocarán que las expectativas de inflación continúen siendo muy reducidas". 
Los economistas que sostienen que la deflación puede beneficiar a Europa argumentan que la caída de precios permite que las familias aumenten sus ingresos reales y su bienestar, ya que con los mismos ingresos nominales pueden consumir más. Siempre se ha señalado que la inflación es el 'impuesto de los pobres', ya que son los trabajadores menos cualificados los que ganan menos y tienen mayores barreras para negociar sus salarios al alza.
Por tanto, una inflación elevada supone una caída de los ingresos reales de las familias más desfavorecidas, mientras que los trabajadores mejor remunerados pueden sortearla mediante la negociación al alza de su salario o vía inversión en productos financieros que no están al alcance de otras personas.
El economista Daniel Gros explica que "al bajar los precios del petróleo, los ingresos reales (ajustados a la inflación) de los hogares deben aumentar, porque no han de gastar tanto en combustible y calefacción. Unos precios inferiores del petróleo facilitan la vida, no la complican, a los hogares muy endeudados en EEUU y la periferia de la zona del euro. Así pues, se debe considerar que unos menores precios al consumo son una buena señal".
Por otro lado, el Centro de Estudios de Políticas Europeas, asegura que la mayoría de las empresas manufactureras se beneficiarán también de los menores costes de la energía, lo que mejorará su capacidad para pagar deudas, algo que también es particularmente relevante en la periferia de la zona del euro, donde el sector no financiero acumuló demasiados pasivos durante el auge crediticio que precedió a la crisis financiera mundial de 2008.
Además, y aunque la mayoría del ahorro en energía podría traducirse al principio en mayores beneficios, con el tiempo beneficiará a los consumidores porque la competencia obligará a las empresas a traducir algunos de esos beneficios caídos del cielo en menores precios o salarios superiores.
Sin embargo, también existe una vasta corriente de expertos que opinan que la caída de precios es una amenaza para la economía. Porque sin crecimiento en los precios el consumo no crecerá, la carga de la deuda real se incrementa y la política monetaria dejará de funcionar de forma eficiente.
Así lo explican los analistas de Bankinter. "La caída de precios restringe el consumo y la inversión. La ausencia de inflación reduce la propensión al consumo y, especialmente, la inversión en formación de capital fijo, ya que en un empresario decidirá aplazar sus inversiones en ampliar capacidad productiva si considera que los bienes de equipo no van a ser más caros en un futuro próximo y tendrá mayores incentivos para distribuir dividendos en lugar de realizar nuevas inversiones".
Por otro lado, esta corriente también argumenta que la inflación es una ayuda para reducir el exceso de deuda tanto en el sector público como en el sector privado. "El valor nominal de la deuda permanece constante en el tiempo y tanto un bono emitido a largo plazo como un préstamo hipotecario serán más fáciles de pagar a medida que se acerque el vencimiento si los ingresos obtenidos en años posteriores por empresas y familias se ven incrementados por el efecto de una inflación moderada", explican.
En este caso no se tiene en cuenta que los agentes más endeudados suelen ser los que tienen más dificultad para negociar al alza sus salarios en contextos inflacionistas, por lo que estos agentes podrían no beneficiarse de una subida de precios y el efecto podría ser contraproducente.
Por último, los analistas de Bankinter también creen que "en una economía con una inflación anual del 2%, y con el banco central estableciendo el tipo de interés oficial al 0%, el tipo de interés real (equivalente al tipo nominal menos la inflación) se situaría en el -2%, lo que contribuiría a estimular el consumo y la inversión frente al ahorro".
En definitiva, diferentes argumentos para defender o rebatir los beneficios o problemas del actual estancamiento de los precios que vive Europa.

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