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miércoles, 14 de septiembre de 2016

HUELGA GENERAL EN FRANCIA CONTRA LA REFORMA LABORAL

 
Este jueves, hay convocadas más de un centenar de manifestaciones en todo el país y un llamamiento a la huelga en parte del sector público (Correos y transportes) y privado (con paros de Air France, los controladores aéreos o los trabajadores del sector audivisual).

Se trata de la décimocuarta jornada de protestas desde marzo, con la diferencia de que, esta vez, la ley nacida con vocación de “flexibilizar y modernizar” el mercado de trabajo en Francia ya ha sido aprobada: tras algunas modificaciones que rebajaron el durísimo tono inicial y varios debates agrios en la Asamblea Nacional, el 21 de julio fue adoptada por el gobierno y el 9 de agosto, publicada en el boletín oficial de Estado.
 
La que empezó siendo conocida como Ley El Khomri ─en referencia a la ministra de Trabajo, Myriam Al Khomr─) se ha convertido oficiosamente en una ley Valls, pues ha sido el primer ministro socialista, Manuel Valls, el que la ha defendido con uñas y dientes ante una sociedad civil mayoritariamente opuesta, unos sindicatos en pie de guerra, un parlamento dividido y una parte del propio partido socialista en contra, haciéndola pasar por decreto no una ni dos, sino tres veces, mediante el polémico artículo 49.3, que exime al gobierno del aval parlamentario.
 
El lunes, la prefectura de policía autorizó la principal manifestación en París, que partirá de la plaza de la Bastilla a las 14.00 horas y concluirá en la emblemática plaza de République. Fue allí donde se gestó y eclosionó en marzo del año pasado Nuit Debout, un movimiento donde confluyeron sindicatos, estudiantes y ciudadanía, marcando la generalización de las protestas. Hoy en la plaza quedan pocas huellas de ese 15M a la francesa, pero parte de sus promotores pretenden reavivar el movimiento, que vivió su apogeo en marzo y en abril y languideció hasta apagarse en verano.

La amenaza de la violencia, presente en casi todas las manifestaciones de los meses pasados, y la generalización de la represión policial, planean sobre las nuevas movilizaciones en un país que continúa en estado de emergencia desde los atentados yihadista en París de noviembre de 2015.

Céline Verzeletti arremete contra la criminalización de las protestas por parte del Gobierno destinadas, según la dirigente sindical, a “desactivar la movilización social”. Las cuestiones en materia de seguridad están tomando “demasiado peso” en la política nacional, opina, lamentando que sirvan para ocultar la problemática social.

A poco más de un año de las elecciones presidenciales, que ya ocupan un espacio importante en el debate público en Francia y con el Ejecutivo galo bajo mínimos de popularidad, “el Gobierno está en una apuesta continua para mostrar su determinación”, ya sea en el plano de la seguridad o en el económico, “mostrándose de paso cada vez más liberal”, considera la sindicalista.

De momento, esta nueva jornada de movilizaciones contra la reforma del trabajo en Francia, la única prevista hasta ahora por los sindicatos, servirá para tomarle el pulso a la contestación social.

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