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domingo, 12 de noviembre de 2017

SINDROME DE LOS OJOS SECOS



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Los ojos secos pueden ser una simple molestia o convertirse en un grave problema de salud. Aunque todavía no hay estudios que muestren que esta enfermedad se ha incrementado en los últimos años, los médicos prevén que los casos aumenten debido a factores ambientales y coyunturales. Desde Laboratorios Quinton calculan que el síndrome del ojo seco afecta actualmente a entre un 10% y un 25% de la población.

En función de la gravedad del problema, la solución pasa desde una limpieza adecuada del ojo hasta tratamientos quirúrgicos importantes. A medio camino entre una y otro se encuentran las lágrimas artificiales, con varios niveles de especialización. La última moda, es crear concentrados personalizados para cada paciente.

Las gotas humidificantes son la opción más básica, que se puede adquirir en las farmacias. Algunas marcas han optado por vender soluciones de agua de mar, que pueden aplicarse tanto dentro de los ojos como en el párpado. También se elaboran a la medida. “Se trata de concentrados de lágrimas que se hacen a partir de la sangre”, explica José Lamarca, facultativo del Centro de Oftalmología Barraquer.

Todos los métodos sirven para mantener el ojo lubricado. Aunque no siempre es necesario tirar de lágrimas artificiales en los casos más leves, nunca está de más usarlas: “Nunca se abusa, no pueden ser perjudiciales”, indica el doctor Lamarca.

Contaminación y pantallas

Un déficit de lubricación --lágrima débil, según los técnicos-- puede acentuarse por varios factores y llegar a provocar lesiones en la córnea. La contaminación y el llamado síndrome visual informático pueden contribuir a aumentar la sequedad de los ojos. La empresa Indo, que distribuye material para ópticos y oftalmólogos y vende lentes de contacto, estima que pasar tres horas seguidas delante de una pantalla puede incrementar en un 90% el riesgo de sufrir la enfermedad.

Para evitar que afecte el número de horas que uno pasa delante de un ordenador o la televisión, desde Indo recomiendan seguir la regla del 20-20-20. Esto es apartar la mirada a una distancia de 20 pies (seis metros) durante 20 segundos cada 20 minutos. “El problema es que normalmente estamos concentrados mirando las pantallas, por lo que parpadeamos mucho menos y el ojo se seca de estar abierto”, indica el facultativo del Centro de Oftalmología Barraquer.

Pero hay otros factores, como la vejez, explica Lamarca. Las alteraciones hormonales, por ejemplo en las mujeres durante la menopausia, y el reuma son otros factores que aumentan las probabilidades de sufrir de ojos secos. Todo esto hace que las glandulas lagrimales pero también otras no produzcan de forma adecuada la película lagrimal.

La sensación de tener arenilla en los ojos puede indicar un inicio de ojos secos y puede causar pequeñas heridas”, indica Lamarca. Entonces ya es recomendable el uso de lágrimas artificiales, que pueden ir especializándose hasta la personalización total.

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