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lunes, 15 de diciembre de 2014

EL PRECIO DE LA GASOLINA CONTROLADO POR LAS PETROLERAS

El Gobierno y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) han acusado en las últimas semanas a las compañías petroleras de no aprovechar la caída de los precios del petróleo para los precios de los carburantes que se comercializan en el mercado. Con un nuevo ciclo electoral a la vuelta de la esquina, ministros como el de Industria, José Manuel Soria, o el de Economía, Luis de Guindos, han acusado a las petroleras de no hacer lo suficiente para repercutir esos descensos. Pero las compañías se escudan en el reciente descenso del euro (el crudo se compra en dólares) y en la elevada carga impositiva de los hidrocarburos para justificar su política.

Durante la crisis económica, con los precios del crudo en el entorno de los 100 dólares el barril, se aplicaron varias subidas de impuestos, entre ellas dos del IVA, otra de los impuestos especiales a los carburantes. La consecuencia directa es que hoy alrededor del 50% del precio que se paga por los carburantes al llenar en el surtidor va a parar a las arcas de Hacienda. En noviembre fue el 52,5% en el caso de la gasolina y el 46,8% en el del gasóleo.

Ahora, con unos precios internacionales del crudo a la baja, los ciudadanos se preguntan: ¿por qué el crudo baja un 43% desde junio y los carburantes sólo un 13% de media? Este año, la gasolina 95 tocó máximos. El pasado 30 de junio estuvo a 1,457 euros el litro y la semana pasada estaba en 1,254. Por el contrario, el petróleo tipo Brent tenía una cotización en dólares por barril de 115 el pasado 19 de junio y hace una semana la media rondó los 66,84 dólares/ barril. Y va a la baja. En este contexto, el Gobierno ha intensificado la presión para que, al igual que con la tímida reforma tributaria, el contribuyente tenga la sensación de que dispone de más dinero en su bolsillo.

La percepción ciudadana, sin embargo, es correcta. Desde que empezó la crisis, el precio de la gasolina 95 ha subido un 30,89% al pasar de 0,958 céntimos el litro a principios del año 2007 a los 1,254 que costaba el pasado 8 de diciembre.

Las petroleras, a través de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), rechazan las acusaciones del Gobierno. Según Álvaro Mazarrasa, su director general, "no se puede comparar porcentualmente una cotización internacional con los precios finalistas, que son locales". A su juicio, "los precios en el surtidor sí reflejan las caídas de las cotizaciones internacionales de la gasolina y el gasóleo, pero no se pueden bajar los impuestos en la misma proporción". Según los datos que maneja la patronal, haciendo las equivalencias desde el 19 de junio de este año 2014, la cotización del precio Brent representa una caída de 17 céntimos el litro y las gasolineras han repercutido la bajada en 19,9 céntimos/litro para la gasolina 95 y en 14,9 céntimos/litro para el gasóleo.

Otro argumento de las compañías es que tanto las cotizaciones del petróleo como las de las gasolinas y el gasóleo en los mercados internacionales se mueven en dólares; mientras que los carburantes se venden al consumidor en euros, moneda que se ha depreciado en los últimos meses. "Un euro débil como el actual hace que el barril de petróleo resulte más caro a las compañías que operan en España", señala un experto en la materia.

Otro actor en juego es la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que lleva meses concluyendo en sus informes que las petroleras mantienen un margen comercial demasiado alto. Para las petroleras, el superregulador repite dos errores en sus estudios. Por un lado, "llama margen de las petroleras lo que es el diferencial antes de impuestos y el coste internacional del producto". Y, por otro, "no contabiliza algunos costes que la Administración induce, como el fondo nacional de eficiencia o las cuotas del biodiésel, dos cargas añadidas este año", explica un directivo del sector.

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