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jueves, 18 de julio de 2019

EL 60% DE LOS JOVENES DE 25 A 29 AÑOS SIGUEN VIVIENDO CON SUS PADRES


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España tiene un serio problema. La población joven se mantiene en el nido familiar hasta bien alcanzada la treintena lo que eso supone de retraso en las experiencias vitales de cualquier persona (madurez, tener hijos, independencia...). Y lo peor es que ya no se puede achacar sólo al alto índice de desempleo, porque las tasas han mejorado, si no más bien a la mala calidad del mismo, con salarios bajos, temporalidad e inseguridad.

 El caso es que a finales del 2018, la autonomía residencial seguía cayendo ofreciendo resultados desoladores: el 81% de los jóvenes de entre 16 y 29 años vivía con sus padres, el dato más bajo desde el 2002. Si nos fijamos en el grupo de más edad, de entre 25 y 29 años, más maduros para emprender una vida, el porcentaje se sitúa en el 60%. Y entre los de 30 y 34, casi el 30% permanecía aún en el domicilio de sus progenitores.

Así lo indica el Observatorio de Emancipación elaborado por el Consejo de la Juventud relativo al último semestre del 2018, un informe que deja claro que si en los años de bonanza la independencia familiar aumentó, desde el 2009 no deja de disminuir hasta regresar a cotas semejantes a las de mediados de la década de los 90.

Los bajos salarios, la temporalidad y los contratos parciales impiden la salida de la casa familiar

¿Qué ocurre? Las claves están no tanto en el paro (del 25% en los jóvenes de entre 16 y 29 años y del casi el 15% entre los de 30 y 34 años), si no en las condiciones del empleo. La temporalidad sigue siendo muy elevada (55,5%), siendo superior del 60% en algunas comunidades como Andalucía, Extremadura, Cantabria, País Vasco o Murcia; mientras que el trabajo a tiempo parcial azota especialmente a las jóvenes, con un 33,4%. A esto hay que sumar que aunque ha aumentado la cantidad absoluta de personas con empleo (115.000 en un año), la realidad es que la gran mayoría de esos empleos son trabajos denominados “ocupaciones elementales”, los peor remunerados.

Y a esto hay que sumar el precio de los alquileres, la única manera que tienen los jóvenes de independizarse (el 59,2% vivía en alquiler,algo menos que en el 2017). ¿Está perdiendo terreno el alquiler frente a la compra? No, porque tampoco pueden optar a la compra de un piso. Es la familia, de nuevo, la que ayuda: el 12% de las personas emancipadas de 16 a 29 años en España residen en viviendas cedidas. Y es que para que una persona joven pudiera alquilar un piso en solitario debería destinar más del 90% de su salario.

El precio de los alquileres ha aumentado en algunas ciudades como Madrid, Barcelona o en comunidades como el País Vasco un 50%

Según datos del informe La vivienda en alquiler en España en el año 2018 , del portal inmobiliario Fotocasa, el precio medio de la vivienda de alquiler en España cerró el 2018 con un incremento del 1,8% respecto al año anterior, situándose en 8,30 euros mensuales por metro cuadrado. Ese incremento fue la cuarta subida anual consecutiva (en el 2015, un 3,6%; en el 2016 subió un 6,7%, y el año siguiente, un 8,9%). Aunque estos datos camuflan otras cifras, como el aumento de hasta el 50% de los precios de los alquileres en Barcelona, Madrid, País Vasco o Baleares. Un alza que se ha ido ­extendiendo a otras ciudades y comunidades como Murcia, ­Logroño, Pamplona, Comunidad Valenciana y Andalucía.

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